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Marylynn Winn, que vive en la ciudad de Atlanta en el estado de Georgia, está contenta de que el salario mínimo federal subió a $7,25 la hora el pasado viernes, mientras ella aguanta el último cheque donde ganaba $6,75 la hora.
No obstante, ella está preocupada de que su compañía quiera despedir gente por no pagarle el nuevo salario, especialmente para gente mayor como ella.
Foto por Paul Abell/Prensa Asociada.