Empresas usan sobornos para beneficiarse en Irak

Según varios reportes en la prensa reciente, funcionarios del gobierno admiten que empresas estadounidenses han estado pagando millones de dólares en sobornos a los oficiales de las Fuerzas Armadas, para conseguir miles de millones de contratos para proyectos en Irak.

Esto es tan solo una parte que representa un asalto sin precedencias a los contribuyentes norteamericanos.

“La mitad del presupuesto del departamento de Defensa va a contratos sin competencia”, nos dijo Ralph Wipfly, un investigador del Instituto Brookings que escribe sobre el tema de los contratos militares. Estos contratos van a una sola compañía sin ver si otra puede ofrecer lo mismo a la misma calidad o mejor por un precio mejor.

“Parece que los contratistas militares están tomando esteroides — esta es una cosa sin precedencias en la historia de nuestro país. Están robando muchos miles de millones de dólares de los contribuyentes de impuestos”, dijo Wipfly.



Halliburton entre las más beneficiadas

Citó unas cifras casi increíbles “Halliburton, la compañía del vicepresidente, consiguió $22,1 mil millones, compañías de seguridad co

nsiguieron 4 mil millones, y para 2003 el departamento de Defensa ya había repartido $300 mil millones a estos contratistas. Esto no incluye contratos firmados por el departamento de Estado” .

Wipfli agregó, “Bajo el presidente Bush este proceso inquietante se ha acelerado bastante. El dinero que se ha repartido tan solo a Halliburton es tres veces lo que costó la primera guerra del Golfo”.

En muchos casos ya no se hacen ofertas competitivas sino los sobornos si uno quiere un contrato con el gobierno. El diario The New York Times reportó el 31 de agosto que una empresa norteamericana operando desde Kuwait pagó cientos de miles de dólares en sobornos a los oficiales de las fuerzas armadas de Estados Unidos con el fin de ganar $11 mil millones en contratos.

El Ejército dice que últimamente ha suspendido sus contratos con Lee Dynamics, una compañía administrada por un oficial militar jubilado. El secretario de Defensa Robert Gates ha enviado el inspector general del Pentágono para investigar.

Otro reporte dice que Earnest O. Robbins, un ingeniero de la Fuerza Áerea quien había supervisado a 70.000 personal militar y contratistas, con un presupuesto anual de $8 mil millones, renunció de las Fuerzas Armadas en 2004 y se convirtió en un contratista. Luego el gobierno le dio $72 millones para construir una delegación de policía en Bagdad.

Antes durante este año Robbins produjo no una delegación de policía, sino “un montón de escombros tan mal construidos que literalmente las paredes estaban goteando excremento humano porque la cañería no servía”, escribió Matt Taibi en la revista Rolling Stone.

Investigadores del inspector general especial por la reconstrucción de Irak escribieron en su reporte oficial, que se puede conseguir del gobierno: “Fuimos testigos de una instalación de luz que se encontraba tan llena de orina y excremento diluidos que no operaba. Durante nuestra visita este tipo de material goteaba del cielo del edificio a la camiseta de un miembro de nuestro equipo de investigación”.

Los departamentos de Defensa y Estado hicieron público cifras el 4 de julio que dicen que 180.000 civiles están trabajando en Irak bajo contratos con el gobierno estadounidense – una cifra que excede por 20.000 el número de tropas de combate. No se incluyen en esto decenas de miles de “subcontratistas” u otros decenas de miles que se han contratado como “seguridad privada”. Tampoco se incluyeron 43.000 contratistas “extranjeros”, es decir, que no son ni estadounidenses ni iraquíes.



Oficiales militares se lucran también

Con todo el lucro obtenible en este enorme negocio de contratos, y en competencia con la Fuerza Área, el Ejército también tiene sus manos en la masa.

Una comandante en el Ejército Gloria D Davis se suicidó con un tiro en Bagdad el diciembre pasado, un día después de confesar haber aceptado sobornos en la cantidad de $250.000.

Las corporaciones están usando varias tácticas para evitar de ser detectadas en el creciente escándalo.

Por ejemplo Lee Dynamics ha cambiado su nombre varias veces durante 10 años, a menudo llamándose “American Logistics Services” durante un año y luego regresando al nombre de “Lee Dynamics”.

Varios medios de prensa citaron a un “portavoz del Ejército” el 30 de agosto quien dijo que el Ejército ha suspendido 22 compañías de hacer negocios con el gobierno por razón de investigaciones por fraude en Irak, Afganistán y Kuwait. Los archivos del gobierno también muestran por lo menos 100 compañías que se han formado desde 2003 para aprovechar de los miles de millones para vestir, armar y darles a comer a los soldados norteamericanos.

Prestar ayuda a las operaciones militares, sin embargo, es solo una pequeña parte de lo que hacen los contratistas. Están involucrados en actividades que avergonzarían al contribuyente típico en EEUU.

Hashmeya Muhsin Hussein, presidente del sindicato de electricistas de Irak, dijo a Nuestro Mundo que después de la caída de Saddam Hussein “empezamos a ver el comienzo de algo nuevo y terrible para nosotros. Empezaron a repartir a los empleos más sencillos a aquellos contratistas y empezamos a tener obreros desocupados por dondequiera que se habían excluido de sus sitios de trabajo”.

Además de servir como rompehuelgas, los contratistas están participando en el robo de la industria entera del petróleo iraquí.

Durante una entrevista con Nuestro Mundo, Faleh Abood Umara, el secretario general de la Federación de Sindicatos Iraquíes de la Industria de Petróleo, dijo que los contratistas están “llevando a cabo el plan para apoderarse de la industria petrolera de nuestro país”.

“Entran, se apoderan de nuestros campos de petróleo y hacen lo que les da la gana” dijo. “Nuestros obreros, nuestros sindicatos, se encuentran excluidos. Para nosotros es imposible inclusive de entrar en algunos de estos campos para observar que están haciendo.”

Primero Kuwait General Contracting utilizó $600 millones del departamento de Estado en 2005 para reclutar mano de obra barata en el sur de Asia. A los trabajadores nadie les dijo que iban a Irak. Cuando llegaron a Bagdad, les confiscaron sus pasaportes, fueron encarcelados en el plantel de la embajada norteamérica y les obligaron a trabajar en la construcción del plantel.

Trabajadores norteamericanos ahí se han quejado al departamento de Estado de que los “trabajadores huéspedes” de Asia reciban comida de mala calidad, agua contaminada para beber del Río Tigres y no reciben ningún cuidado medico. A pesar de que el departamento de Estado ha enviado “investigadores” no se ha tomado acción ninguna.