La opiniones pública en ambos lados de la frontera México-Norteamericana está reaccionando  airadamente a un programa llamado " Operación Rápido y Furioso" ( Operation Fast and Furious), a través de la cual los oficiales del departamento norteamericano de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos ( U.S. Department of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives, ATF por sus siglas en inglés) permitieron deliberadamente la exportación de miles de armas automáticas de contrabando a México, dando como resultado la muerte de uno de los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (U.S. Border Patrol) y de al menos 21 ciudadanos mexicanos.

Operación Rápido y Furioso fue concebida como un mecanismo de rastreo de exportaciones ilegales de armas de Estados Unidos a México. Este negocio se lleva a cabo a través de testaferros, quienes compran varios tipos de armas automáticas en algunas de las 7.000 tiendas de armas legales al lado norte de la frontera Méxiconorteamericana, 1.900 millas de larga. Luego estas armas las pasan a los carteles de drogas de México. Los conflictos violentos entre los carteles y con el gobierno Mexicano han provocado 41.000 muertes desde que el Presidente mexicano Felipe Calderon declaró " la guerra"  a los carteles cuando llegó al poder en el 2006. El dinero para la compra de armas viene de los diez mil millones de dólares que los residentes de EEUU gastan en drogas ilegales cada año.

No hay ley en Estados Unidos que les obliga a distribuidores de armas reportar múltiples compras de rifles y armas automáticas, solamente de pistolas. Así que el mismo testaferro se puede mostrar en determinada tienda de armas día tras día durante un año y caminar por las calles con una o más armas automáticas, sin ni ser multada por las autoridades norteamericanas.

Para rastrear exactamente las conexiones y vías por donde son adquiridas estas armas por los carteles, la oficina del departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) en  Phoenix, Arizona permitió deliberadamente las compras y exportaciones que proceden a México; no se interviene entre ellos ni se les notificaban a las autoridades Mexicanas. Como resultado, 2.500 armas peligrosas fueron permitidas deliberadamente de contrabando en México. Pero el  ATF no pudo trazar el paradero de las armas. Algunas terminaron siendo usadas por los carteles, dando como consecuencia la muerte de un agente de la Patrulla Fronteriza de EEUU, Brian Terry, en Diciembre del 2010 en Arizona, así como también a muchos ciudadanos Mexicanos.

Después de la muerte de Terry, el gobierno norteamericano canceló rápidamente el programa "Rápido y Furioso". El Representante Darrell Issa, Republicano por California, Presidente de la Comisión de Supervisión y Reforma del Gobierno, y el Senador Chuck Grassley, de Iowa, miembro republicano De la Comsión de Jurisdicción de Senado, empezaron una c investigación oficial. El 4 de julio, la Comisión del Representante  Issa entrevistó a Kenneth Melson, jefe interino de la ATF, quien mientras que negó saber los detalles del programa "Operación Rápido y Furioso", también dio a entender que otras agencias de Estados Unidos, tales como el Buró Federal de Investigaciones (Federal Bureau of Investigation, FBI) y la Agencia del Control de Drogas ( Drug Enforcement Agency, DEA) pudieron haber estado al tanto del programa.

El Presidente Obama y el Fiscal General Eric Holder han denunciado la Operación Rápido y Furioso  y empezaron una investigación interna.

Han salido demasiados desacuerdos sobre el tamaño de las investigaciones y los medidas remediales que se deben de tomar. En particular el Representante Elijah Cummings, Demócrata por Maryland e integrante del comité de Issa, pidió por una investigación mayor al grado que las leyes relajadas de armas de Estados Unidos están contribuyendo al crecimiento de la violencia en México.

Un reporte preparado por asistentes de Cummings  dice que del 2007 al 2009, la taza de homicidios en México se ha más que duplicado, mientras que en la comunidad fronteriza de Ciudad Juárez, del otro lado del Río Bravo de El Paso Texas, la taza creció más de diez veces, con armas importadas de Estados Unidos involucradas en muchas de las muertes. El reporte de Cummings pide nuevas leyes que requieran un reporte de compra de múltiples rifles  y armas automáticas, y castigos más rígidos para los testaferros y armas de fuego de contrabando ilegales. Issa parece oponerse a una acción más amplia por parte de su comité, la cual crearía una fricción con los que se oponen al control de armas de fuego.

La mayoría de las autoridades están de acuerdo en que  al menos el 80% de las armas usadas en las guerras de droga de México vienen de Estados Unidos, y aprueban la idea de cortar las ventas fronterizas. Sin embargo, un gran número de armas se encuentra ya ahí, en algunos casos importadas a México a través del suministro de armas de Estados Unidos a los regímenes de derecha y la "contra" en las guerras centroamericanas de la década de los 1980 y principios de los 1990. En segundo lugar, la policía mexicana y las unidades del ejército están llenas de corrupción, lo cual significa que esta es la fuente por la que más probablemente esas armas están pasando a manos de los carteles. La "Iniciativa Mérida" (Merida Initiative), patrocinada por EEUU, que supuestamente ayuda a la Policía y al Ejército Mexicano  con entrenamiento, armas, y equipo, tiene que ser evaluada en ese orden.    

Una nueva señal positiva en México es la formación de un nuevo movimiento popular masivo, encabezado por el poeta Javier Sicilia. Su hijo fue matado cerca de Cuernavaca en Marzo de este año. Grandes marchas se han organizado, y Sicilia logró conseguir una reunión con el Presidente Calderón el 23 de Junio. La demanda del movimiento es retirarse de las estrategias de guerra de Calderón, que solo han provocado violencia, y el regreso del tratamiento de narcotraficantes como un asunto social y criminal.

Foto: Muestra de armas colocadas en ataque por las autoridades Mexicanas contra los carteles de droga en la ciudad de la frontera de Reynosa en el 2008, en ese tiempo el depósito de armas más grande en la historia de Mexico. Gregory Bull/AP