Inmigrantes luchan por organizar sindicato

En la lucha por la sindicalización de la industria norteamericana de empacadoras de carne, ha surgido como cuestión de gran importancia la taza elevada de trabajadores lesionados. Esta campaña, llevada a cabo entre una fuerza de trabajo formada en gran parte por inmigrantes latinos, busca cambiar la tendencia negativa durante los últimos 25 años en la sindicalización de la industria empacadora de carne, industria que ha sido tragada por los monopolios que intentan explotar al trabajo de los inmigrantes.

Por años, 3.000 trabajadores en la planta de Tyson Foods en Holcomb, Kansas, han tolerado como “inevitable” a las lesiones en uno de los trabajos más peligrosos de toda la nación. Ahora, los que trabajan allí transforman a esa pregunta en una parte de su lucha por sindicalizarse. En la empacadora de Holcomb un 80 por ciento de los trabajadores son inmigrantes originarios de América Latina.

“Enfrentamos al gigante con un grito de lucha. ¡Sí, se puede!” declaró el trabajador de Tyson, Ramón Sandoval. Votarán los trabajadores el 1º de marzo sobre si van a sindicalizarse como parte de la unión United Steelworkers [Obreros Siderúrgicos Unidos].

Si tienen éxito, representará esa unión a la fuerza obrera en la empacadora de Holcomb. En otra lucha reciente, pusieron los trabajadores de Holcomb pleito judicial el mayo pasado contra Tyson por violaciones de las leyes laborales cuando no se les pagaba su tiempo poniéndose y quitándose aparatos protectivos.

Muestran las bitácoras de la Administración de Seguridad y Salubridad Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) que sale lesionado por lo mínimo un trabajador por día en la empacadora Tyson de Holcomb. Allí reportaron los trabajadores 452 casos de lesiones durante el año pasado además de una muerte, cuando fue aplastado un trabajador por una gran puerta de metal. Tampoco van incluidas en estas figuras a las decenas de trabajadores la sala de corte que sufren de manos hinchados con daño a los nervios debido a los movimientos repetidos que exige la corte de carne.

Solo en el ultimo año disponible, 2005, reportó la agencia algunos 47.500 lesiones en la industria de la matanza de animales y en las empacadoras (figura que equivale a un 10 por ciento de la fuerza obrera total de la industria), y 13 muertos.

“Luchamos por la justicia, la dignidad y el respeto,” declaró Sandoval, voluntario en las oficinas sindicales de Garden City, Kansas, a pocas millas de la planta.

Hizo describir cómo es que, en la sala de matanza se cuelgan los cadáveres de reses de una cinta transportadora elevada que deja manchados con sangre a los trabajadores.

Trabaja así la línea de producción de una empacadora de carne de res:

Un trabajador les corta el cuello a las reses y corre la sangre hasta un pozo situado abajo.

El siguiente trabajador despelleja a las reses, y un tercer trabajador las destripa.

Mientras tanto, en otra sala de temperatura congelada cientos de trabajadores cortan la carne en secciones.

Dijo Sandoval que ayudará la llegada del sindicato a disminuir la velocidad de la línea de producción, ayudará a aliviar el peligro de las lesiones por moción repetida y les traerá mejores beneficios de salud y de jubilación.

Otra fuente de lesiones que enfrentan a los trabajadores de Tyson es el de dióxido de carbono y otros vapores de nieve carbónica y químicas que se utilizan en las empacadoras.

Dice la cortadora de carne Manuela Lugas que los vapores químicos le hacen sangrar las narices y aguar los ojos, y la deja tosiendo toda la noche en casa. Dice que una de sus amigas en la planta se encuentra embarazada y padece ella del mismo problema pero “es ella que no puede quejarse, porque no tiene papeles legales de trabajo”.

Los esfuerzos de los trabajadores inmigrantes y de otros en la Tyson y en otras plantas tienen potencial para empezar a proporcionar un revés a la tendencia antisindical en la industria empacadora de carne. En 1980 estaba sindicalizado un 46 por ciento de los trabajadores de empacadora, pero ya para 1987 apenas un 21 por ciento estaba en sindicatos.

El rápido crecimiento después de 1980 de los grandes empacadores monopolistas, los ataques antisindicales por parte del gobierno del presidente Ronald Reagan, y la creciente utilización de una fuerza de trabajo inmigrante súper explotada, todos ayudaron a debilitar a los sindicatos laborales. La lucha actual de los trabajadores, juntamente con los esfuerzos para facilitar el camino hacia la sindicalización por medio de la Ley de Libertad de Escoger para los Empleados (EFCA, por sus siglas en inglés) se ven como buen comienzo para fortalecer a los sindicatos en la industria. Exigiría la EFCA a las empresas como la Tyson reconocer al sindicato en cuanto firme una mayoría de los trabajadores tarjetas pidiendo representación sindical. Así se evitaría a un proceso prolongado de certificación repleto de fullerías a favor de la compañía.

La Tyson es la mayor empacadora mundial de pollo, res y puerco, y emplea a 114.000 trabajadores por todo el mundo.

“Cree la Tyson que goza de un fuente inagotable de mano de obra barata inmigrante,” dijo el organizador sindical Mark Pitt. “Tenemos que enseñarla que eso ya se acaba”.

Según los reportes, el gerente de la planta, Paul Karkienen, descartó como “retórica” a todas las cuestiones levantadas por los trabajadores y por su sindicato. Dijo él que se opone al sindicato porque “siempre lo hace más duro si tienes a alguien tratando de intervenir entre ti y tus empleados”.

Se negó Karkienen a dirigirse a ninguna otra consideración, diciendo que todas los demás aspectos son “confidenciales”.