Los Indignados: acogiendo lo nuevo, creando un movimiento

elpaso524x300

Este es un momento volátil. La batalla entre clases está intensificando y el resultado aún debe ser decidido.

La batalla es para el futuro, el futuro de nuestra democracia, economía, y patria.

En un lugar se encuentra a la mayoría de las personas estadounidenses, abofeteadas por la crisis económica, enojadas con las inequidades injustas, cansadas de hacer guerra, preocupadas con catástrofes ambientales, y convencidos que una "unión más perfecta" está a nuestro alcance.

En el otro lado están los de la crema de la crema y gigantescas corporaciones transnacionales, los del uno por ciento, quienes se vuelven asquerosamente ricos a espaldas de la gente trabajadora. Estos viven lujosamente, corrompen nuestra vida política, y desfilan como siendo patriotas.

Este es el marco de la curva ascendente en la batalla entre clases. Hace mucho tiempo que las cosas no son tan desequilibradas.

Acciones en masa duraderas y que no son violentas, desobediencia civil, nuevos niveles de solidaridad y conciencia, nuevas y creativas formas de organización, tácticas y eslóganes, y una variedad de fuerzas y organizaciones están llenando el cuadro político de maneras novedosas.

Algunas organizaciones - AFL-CIO, NAACP, Jobs with Justice, MoveOn, etc. - han estado en la escena por mucho tiempo. Otras - Reconstruyendo el Sueño, el Movimiento de los Indignados, Bottom Line, etc. - son relativamente nuevas. Lo que más llama la atención es el nivel en el cual estos se mesclan y trabajan juntos.

En un levantamiento de gran tamaño y alcance, nuevas y espontaneas formas de organización y lucha son casi inevitables. El movimiento del pueblo debe acoger lo desconocido y lo nuevo si desea estar al paso del temperamento de la época. Tiene que adaptarse a nuevos padrones y emociones de la lucha, si es que espera influenciar estos desarrollos en una dirección positiva.

La ocupación de Wall Street es la expresión más dramática de una lucha ágil. Sus políticas no se ajustan nítidamente en ninguna categoría política y sus métodos de organización no son ortodoxos. Ningún "ismo" prevalece. Sin embargo, la mayoría de los participantes están el lado progresivo y de izquierda aunque ellos mismos no se caractericen en esos términos.

Aunque los ocupantes no acogen demandas políticas específicas, ellos están asqueados con los compromisos que Wall Street y Washington tienen con los monarcas financieros. Algunos creen que esta es una gran debilidad, pero yo no. Este movimiento está en sus etapas iniciales y congrega a personas con diversas opiniones políticas. Estas acciones han traído a luz a Wall Street y han, consecuentemente, cambiado el dialogo nacional y lejos de la ultra derecha y las conversas anti -gubernamentales. Esto ha cambiado la lucha contra el capital financiero de un asunto de la izquierda hacia un asunto amplio de arriba-abajo.

Las ocupaciones pueden parecer que han "salido de la nada", pero ese no es el caso. Desde la primavera hemos presenciado un aumento de luchas de clase y democráticas en una escala global desde Cairo a Atenas y otros.

En nuestra región, grandes batallas sucedieron en Wisconsin, Indiana, Ohio, y otras partes.

Y muchos activistas, jóvenes y de más edad, se arrojaron a la campaña para elegir a Barak Obama y están buscando maneras de dejar su marca en la política de aquí en adelante.

Consecuentemente, el movimiento de ocupación toma su inspiración y está arraizado en luchas domésticas e internacionales.

La mayoría de sus miembros es compuesta de gente joven. Los jóvenes están energizando este movimiento, dándole distinción y frescor.

Los jóvenes no solo quieren limitar el poder de los bancos y democratizar nuestras políticas, pero también quieren transformar sus vidas.

Algunas de las cosas que ellos hacen pueden parecer descabezadas y separadas de las realidades del poder, pero es posible que esto refleje nuestra limitada imaginación para asuntos tanto políticos como culturales.

El potencial de la creación de un movimiento de jóvenes nunca ha sido tan grande. Este ensombrecería las rebeliones de los jóvenes en los 1960s. Y como bien sabemos, este movimiento dejó una marca definitiva en la política y cultura de nuestro país.

Un desafío inmediato es el energizar e involucrar al resto de esta generación de jóvenes cuyas vidas no tienen un buen prospecto. Cualquier esperanza de victoria, tanto ahora como en el futuro, depende de su participación. Esto incluye universidades y facultades que aún no están conectadas ampliamente a la lucha.

Puede asumirse que las condiciones económicas - desempleo, deudas estudiantiles, etc. - deberían empujar a la gente joven a la batalla por empleos, igualdad y paz. Pero eso no ocurre automáticamente: las mismas circunstancias también pueden resultar en un enfoque muy estrecho de avance personal.

Lo que los jóvenes hagan depende de muchos factores, incluyendo si es que el movimiento, ampliamente dicho, les otorgue apoyo y un palco para que puedan expresar sus preocupaciones específicas, y que puedan construir sus propias formas de organización.

Obviamente, el movimiento de Ocupación enfrenta desafíos. De alguna forma, el menor de estos es el de vocear una serie de demandas. La gran amenaza es el cómo expandir el movimiento, especialmente entre los jóvenes; como arraigar y solidificar relaciones con poderes claves, especialmente los sindicatos; como evitar confrontaciones innecesarias con la policía que distraen de la atención a los robos de Wall Street; como alcanzar a jóvenes de color y mujeres jóvenes; y como abordar las elecciones de 2012.

Tanto como participantes de Ocupación y como activistas en movimientos de justicia social debemos prestar atención a estos desafíos de una manera constructiva. Esto incluye una respuesta vigorosa de las comunidades progresivas y democráticas hacia iniciativas del gobierno para desalojar a los ocupantes de espacios públicos.

Foto: Activistas de Occupy El Paso protestan 04 de noviembre 2011. PW

Traducido del Inglés por Marta Donayre.