Oakland, Calif. - Cuando se trata de romper sindicatos, la farmacia gigante Rite Aid es el ejemplo perfecto para explicar porque necesitamos pasar el acta de libre elección para empleados (EFCA por sus siglas en ingles), dice Peter Olney, el director de organizadores para el sindicato internacional de los estibadores (ILWU por sus siglas en ingles).

Cerca de 600 trabajadores que trabajan en el almacén sureste de Lancaster, California creían que habían vencido en su lucha cuando ganaron un voto a favor del sindicato. Al poco rato descubrieron que la pelea por su primer contrato prolongará la lucha.

El acta EFCA permitirá a los trabajadores formar un sindicato por medio de firmar tarjetas autorizando representación sindical, exigirá arbitraje para prevenir que los empleadores estancan negociaciones de contrato, y aumentaran sanciones por violaciones de los derechos de los trabajadores que están a favor de sindicalización.

Después de tres años de una viciosa campaña anti-trabajador por la compañía farmacéutica tercer más grande del país, "los trabajadores siguen apoyando al sindicato", dice Olney, "pero han sufrido mucho".

Aumento de velocidad de trabajo, horas extras mandatorios, maltrato y despedidas sin razón son algunos de las quejas que motivaron a los trabajadores hacer contacto con el ILWU en el 2006.

En una elección supervisada por La Mesa Nacional de Relaciones Laborales, los trabajadores votaron para afiliarse al ILWU en Marzo del 2008, realizando "una de las victorias del sector privado más grande en el estado de California desde muchos anos atrás, por cierto en los almacenes", dice Olney.

Pero luego de dieciséis meses y 60 sesiones de negociaciones los trabajadores siguen sin un contrato.

A pesar de una campana por parte de la compañía que incluye acoso, intimidación, amenaza ilegal, despedidas de los que apoyan al sindicato, el uso de asesores especializados en luchas en contra de sindicalización, y un esfuerzo para revocar la certificación del ILWU, los trabajadores siguen firme en su apoyo del sindicato.

En las negociaciones con la compañía, los trabajadores ganaron protecciones del calor interior peligroso, el derecho de negarse a hacer trabajos peligrosos y un proceso para tratar problemas ergonómicos.

Cuando el sindicato vuelve a negociaciones esta semana, espera finalizar un acuerdo con la compañía sobre una nueva política tratando la disciplina y despedida de los empleados.

El sindicato ILWU logro defenderse de un intento de desertificación, lo cual Olney describe como "un juego de tantas compañías".

Después de que los trabajadores eligen al sindicato, explica Olney, muchas veces las compañías empiezan a negociar de forma superficial, esperan que pase un año y luego tratan de descertificar, una táctica facilitada por las actuales leyes laborales; algo que eliminará el acta EFCA.

"Por supuesto no fue algo que aceptamos sin lucha", noto Olney. Desde un principio el sindicato comunico la situación con la comunidad y recibió apoyo extensivo desde todas partes del país. Además uso varias acciones legales para forzar a la compañía que empezara a negociar en serio.

Ofertas de apoyo y ayuda han llegado desde otros sindicatos, organizaciones comunitarias, grupos de consumidores, redes de ancianos, y oficiales elegidos. Algunos de los trabajadores han aparecido en programas de televisión y radio.

Acciones de solidaridad han sido variados y muy creativos. Inclusive pasando volantes en frente las tiendas Rite Aid en todas partes del país, una campaña mandando postales al director principal, una confrontación con los gerentes en la reunión anual de los accionistas en Nueva York, y una protesta el día de Halloween en una tienda en Portland, Ore.

El septiembre pasado los miembros del sindicato de Rite Aid se reunieron con representantes del congreso en Washington durante un día dedicado a convencer los congresistas de la importancia del acta EFCA. Durante la convención del AFL-CIO en Pittsburg, una trabajadora de Rite Aid, Debbie Kaliff, emociono a todos con su discurso apasionado, y luego con otros oradores, compartió su historia con la secretaria de labor Hilda Solís.

En Diciembre del 2008, el secretario-tesorero del ILWU, Willie Adams informo a la convención del concilio de droga y comestibles, "Lo que ellos (Rite Aid) mas entienden es dinero", notando que los miembros y jubilados del ILWU habían gastado cerca de $8 millones de dólares en prescripciones en Rite Aid el año pasado.

"Tanto comercio no deben de dar por seguro, no es negocio que pueden permitirse perder", dice Adam. Los líderes sindicales respondieron con promesas de investigar las relaciones con Rite Aid que tienen sus seguros médicos.

El sindicato también sigue el caso por la Mesa Nacional de Derechos Laborales (NLRB).

Al impulse del sindicato el NLRB inicialmente alego 49 violaciones por Rite Aid, inclusive amenazas ilegales, acoso y por despedir a los trabajadores que apoyan al sindicato. Como resultado, la compañía se vio obligada a devolver el trabajo a docenas de trabajadores y pagarles el tiempo perdido.

Olney se queja de que compañías como Rite Aid emplean medidas intimidatorias y despiden a trabajadores que tratan de organizar. "Cuando los encuentran culpables, las consecuencias son mínimas".

Una resolución con valor de un millón de dólares es "insignificante para una compañía Fortune 500" como Rite Aid, dice Olney. Noto que EFCA impondrá resoluciones y multas más fuertes.

El pasado Septiembre el NLRB reconoció quejas que Rite Aid despidió a trabajadores ilegalmente, reduciendo horas, reasignando puestos, y negando información al sindicato necesaria para negociaciones. La fecha para la cita con el juez del NLRB está pendiente.

Para los trabajadores, dice Olney "ha sido una lucha tremenda pero se quedan con el sindicato." Tiene confianza "van a triunfar, y el ILWU también, concluyo".

Para más información o para ayudar, contacta Peter Olney en peter.olney@ILWU.org o (415) 775-0533, ext. 220.

Foto: John Regas, http://picasaweb.google.com/SavageOne2007/RiteAidRally12092007#5142236525363243874