El presidente del Paraguay, Fernando Lugo, despidió a los jefes de los servicios militares y nombró otros, el 4 de noviembre, debido a acciones y maniobras que apuntan a un golpe contra su gobierno de izquierda.
El ex obispo católico Lugo ganó la presidencia en 2008, apoyado por una amplia coalición de fuerzas populares. Desde entonces, él ha introducido legislación progresista como servicios de salud gratis y educación. También inició esfuerzos para una reforma agraria. La tasa de pobreza está sobre 32 por ciento y la agricultura industrial ha resultado en el desplazamiento masivo de la gente del campo.
Este verano, él le negó entrada al país a tropas estadounidense haciéndose pasar por trabajadores humanitarios.
Lugo y su movimiento han desplazado del poder al oligárquico Partido Colorado por la primera vez en 71 años. Treinta y cinco de estos fueron bajo la dictadura brutal de Alfredo Stroessner, con el respaldo de Estados Unidos.
El presidente paraguayo ha señalado que aspira a que su país se integre a la ALBA - Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - alianza de integración económica cooperativista.
Pero ahora está cayendo la espada de Damocles. El Congreso, controlado por el viejo orden, ha recortado los gastos sociales. Los medios, controlado como siempre por el establecimiento, han lanzado una ola de crítica para generar "un clima de tensión e inestabilidad". Arístides Ortiz, escribiendo en el portal cibernético de la Agencia Latinoamericana de Información (alainet.org) dijo que el objetivo era un "golpe legal".
Anteriormente, Lugo sobrevivió la publicidad sobre relaciones sexuales durante su obispado.
El llamar de Lugo a favor de una asamblea constitucional también motivó a los medios a atacarlo, dizque por una legada subversión de la Constitución. Sus oponentes apuntan a que él favorece reelecciones presidenciales y la democracia participativa.
Hace dos semanas, guerrillas conocidas como el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) secuestraron al ranchero Fidel Zavala Serrati. Como si fuera programado hubo acusaciones de que el EPP fue entrenado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). (Unos documentos supuestos del EPP dice que fueron organizados el año pasado y cuenta con solo 15 efectivos. El EPP se opone al gobierno de Lugo.)
Pronto llega la amenaza de acciones armadas contra el gobierno de la derecha. Un correo electrónico escrito por el ranchero rico, Eduard Avilés, a la organización que él dirige, la Asociación Rural del Paraguay, llega a computadoras por todo el país. Versiones imprentas aparecen en las calles de la capital, Asunción.
En el documento, Avilés apela a favor de conformar un grupo paramilitar llamado "Comando Anticomunista". Él pide dinero para liberar a Fidel Zabala y comprar armas para "liquidar a los comunistas". Él advirtió al presidente que "su fiesta comienza a terminarse, que su idilio con Chávez, Morales, Correa, Castro, y otros, tiene los días contados".
Avilés se vio obligado a huir de su país, Chile, por su papel en el asesinato del general René Schneider - parte del plan para desestabilizar el gobierno progresista de Salvador Allende que terminó con un golpe militar y el asesinato del presidente el 11 de septiembre 1973.
Avilés es un "amigo íntimo" del ex general Lino Oviedo, experimentado en instigar golpes. Oviedo es buen amigo del nieto del ex dictador Alfredo Stroessner.
La izquierda paraguaya está alarmada. El Partido Comunista Paraguayo advirtió que se está preparando un golpe. "Hoy aparece en nuestro escenario político, un personaje de nombre Eduardo Avilés perteneciente a la oligarquía vacuna, con un gran reconocimiento en nuestro ámbito dominante, haciendo un llamado a la instauración de un grupo paramilitar en Paraguay. Una reedición de las macabra triple A [Alianza Americana Anticomunista], de los grupos paramilitares chilenos de ultra derecha y una extrapolación de los actuales grupos paramilitares ("Autodefensas") colombianos", dijeron los comunistas paraguayos.
Carolus Wimmer, secretario internacional del Partido Comunista de Venezuela y delegado al Parlamento Andino, dijo que la situación en Paraguay es como la doctrina aplicada en Honduras y con los mismos actores. Wimmer notó que ambos tienen una legislatura dominada por la derecha. Él insinuó que el gobierno estadounidense está volviendo a la caduca política de golpes visto que los pueblos de la región están eligiendo a gobernantes progresistas.
Ha habido reportes de que quizás el vicepresidente Federico Franco es parte de un complot contra el presidente Lugo. Por su parte, Lugo dijo que aunque no hay evidencia clara, él no rechaza la posibilidad.
José A. Cruz contribuyó a este artículo.
Foto por Jorge Saenz/Prensa Asociada. El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, habla en una ceremonia en la Academia Militar el 6 de noviembre, dos días después de que él despidiera a los jefes de todos los servicios militar para evitar un golpe. La cinta blanca en su chaleco representa la búsqueda por soluciones políticas pacíficamente.
