Casi el 25 por ciento de los niños norteamericanos ya vive en pobreza: el mayor porcentaje desde tiempos de la Gran Depresión. Desde que comenzó la crisis económica actual la pobreza infantil ha crecido en dos millones, a algunos 16 millones de niños y jóvenes por toda la nación.
Según el reporte de 2010 del Fondo de Defensa a los Niños, "Los niños norteamericanos quedan atrás de casi todos las demás naciones industrializadas en los indicadores más claves. EEUU tiene la vergüenza de estar el peor entre las naciones industrializadas en pobreza infantil relativa, en la brecha entre ricos y pobres, en el número de niños nacidos a jovencitas no casadas, y en la violencia juvenil con armas de fuego".
En un sentido global, el país está experimentando la más rápida caída de la vida de "clase media" a la pobreza que nunca se ha visto en los 51 años desde que el gobierno comenzó a contar a los pobres.
Recientemente, la red de televisión CBS transmitió un segmento sobre la pobreza infantil que servía como poderoso recordatorio de que cada día millones de niños norteamericanos se enfrentan a las duras realidades del hambre y del estar sin techo.
En ese segmento, se sentaban los reporteros con un grupo de niños morenos, blancos y de bronce, pidiéndoles sus historias. Y los niños les contaban sus experiencias de cómo es ser pobre.
Muchos hasta comenzaban a llorar cuando contaban que tenían que pedirles a sus compañeritos los restos de sus lonches en la escuela. Contaba uno la vergüenza de tener que vivir en el carro familiar, y hablaba otros de recurrir a la carididad de una iglesia.
Cuando se les preguntaba si se les había cortado la luz alguna vez en sus casas, se levantaban casi todas las manos. Contaban los niños cómo tuvieron que hacer sus tareas escolares por la luz de una antorcha eléctrica o con luz de vela. La mayor parte de ellos vivían en moteles de tercera, algunos en sus autos familiares.
Como subrayaba el programa, esta situación existe en gran parte como consecuencia del hecho de que más de un millón de gente que ha perdido sus domicilios durante los últimos 12 meses. Este año, por lo menos otro millón de casas sufrirán ejecuciones hipotecarias.
En el programa no se discutieron los aspectos racistas de esta crisis, y cómo es que los fraudes hipotecarios fueron dirigidos más que nada a las familias trabajadoras afronorteamericanas y latinas. Sin embargo, el racismo y la pobreza van entrelazados: el 25 por ciento de los afronorteamericanos viven debajo de la línea de pobreza. En este momento, un 35,7 por ciento de los niños afronorteamericanos subsisten en la pobreza, comparado con el 20 por ciento de todos los niños norteamericanos que sufren la pobreza. Y, un 26,9 por ciento de los hogares latinos viven en pobreza, comparado con la taza global de pobreza en EEUU, que es de 14,6 por ciento. Sin embargo, en términos absolutos, el mayor número que viven en pobreza son los niños blancos.
Tristemente, en vez de dirigirse directamente a estos problemas, la ultraderecha ha cambiado de tema. Ahora todo lo que discuten es lo de déficits y recortes de impuestos, cuando la cuestión real sigue siendo la de trabajos y el bienestar de las familias y de los niños.
Estos problemas tienen sus raíces en la explotación de la clase trabajadora. Surgen de los salarios bajos, de la exportación masiva de trabajos, y de la discriminación en contratar a trabajadores.
Y todo esto se ha agravado por los 30 años de dominancia de políticas antitrabajadores de ultraderecha, políticas que han causado la crisis económica actual.
Quedan más pobres las familias trabajadoras porque la riqueza creada por su labor ha sido expropiada por los más ricos de los ricos.
Niveles record de ganancias y niveles record de pobreza van mano en mano. En verdad, el poder reducido de compra de la gente trabajadora debido a salarios de pobreza es un gran factor en lo que causó el colapse económica. En este momento en EEUU uno de cada siete familias vive sumergido en vil pobreza.
Tratar de balancear el presupuesto nacional a espaldas de los niños pobres, los ancianos, los enfermos y los que no tienen trabajo es inadmisible, tanto moralmente que políticamente. Tratar de aplastar a los sindicatos laborales no les va salvar a los niños. Recortar fondos para la educación, la nutrición y el cuidado de niños, despedirles a maestros y bomberos no va resolver la crisis. Pero esto es precisamente lo que está haciendo la ultraderecha en este momento.
La salida a la crisis es dejar de echarles la culpa a las víctimas y hacer pagar a los ricos culpables.
No hacerlo es irresponsable e inmoral. Ha llegado la hora de cobrarles sus impuestos.
Hay que cobrarles ya para salvar a los niños.
Hay que cobrarles hasta que duela.
Jarvis Tyner (jtyner at CPUSA dot org) es vicepresidente ejecutivo del Partido Comunista, EE.UU (CPUSA) y miembro desde hace mucho tiempo de la junta nacional del partido.
Imagen: no necesita codicia Need not Greed // CC BY-NC 2.0