Aumenta el drama sobre un pacto nuclear que se está proyectando entre Estados Unidos e India. Los partidos políticos de izquierda en India se han unido para oponerse al acuerdo y lo han podido bloquear por meses. Pero ahora se encuentran obligados a retirar su apoyo al actual gobierno pues el primer ministro Manmohan Singh sigue adelante con el plan pese la oposición de la izquierda y otros sectores.
Singh se ha dado quedar por vencido ante la presión aplicada por el gobierno Bush y sus necesidades y planes, acusa la izquierda. La Casa Blanca amenaza a India con “o ahora, o jamás”. A fuerzas Bush tiene que completar al acuerdo este más, pues es la última oportunidad para que el Congreso actúe al respecto antes de que toda la atención de los EEUU se enfoque en las elecciones de noviembre.
Disfrazado como un intento de ayudar a India con sus necesidades energéticas, el acuerdo proporcionaría a las corporaciones nucleares norteamericanas la autorización de vender tecnología nuclear junto con combustible nuclear a India para propósitos no militares. Se formaría una “asociación estratégica” entre India y EEUU, e India se sometería a las normas de la Agencia Internacional de Energía Atómica para sus reactores civiles.
¿Entonces, porque la oposición sólida al plan de parte de los partidos indios de izquierda? ¿Acaso es, como dicen los comentaristas de la derecha, un caso de anti americanismo?
Los cuatro partidos aliados de la izquierda, el Partido Comunista de India (Marxista), el Partido Comunista de India, el Bloque “Adelante” y el Partido Socialista Revolucionario, dicen que el acuerdo convertiría a su país en un socio inferior del plan estratégico del imperialismo norteamericano para Asia y así acabar con uno de los principios claves de la India post colonial: la política exterior independiente.
Por más de cinco décadas Estados Unidos ha tomaba una posición hostil hacia India por su política exterior no alineada.
El acuerdo nuclear incluye una enmienda que requiere que India siga la política norteamericana hacia Irán y especialmente de bloquear un oleoducto que se proyecta construir desde Irán a través de Paquistán hacia India. Además de lo imposible de que India cancelara sus acuerdos con Irán, un país con el cual comparte una historia de siglos de comercio, este lenguaje es una bofetada a la política exterior independiente de India y ayuda a los neoconservadores a aislar a Irán y así produce más peligro de guerra.
También se ve al pacto como un intento corporativo-militar de parte de Estados Unidos de convertir a India en un baluarte en contra de su vecino al este, China. Esto no es paranoia de parte de la izquierda, sino algo que activamente se proclama en la prensa burguesa norteamericana. En un editorial titulado “¿La India puede decir que si?” el diario Washington Post declaró que India y los EEUU comparten valores políticos y prioridades estratégicas tales como embotar al poder militar chino”.
En la pagina de opiniones del mismo diario, titulado “Una Nueva Vida para el Pacto Nuclear con India” hace destacar que el acuerdo “hace una tremenda excepción de India, endosando su estatus como un estado con armas nucleares, y proporcionándole un régimen más indulgente que lo normal en cuanto inspecciones de sus operaciones nucleares por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica. ¿Por qué? La respuesta es otra vez, China. Ni el gobierno norteamericano ni el indio desean decirlo abiertamente, pero el motivo fundamental de hacer de India una excepción y de hacerla acercarse más a EEUU es para que sirva como contrapeso al creciente poder chino en Asia.
Esto causa preocupación entre los elementos progresistas y pro paz no solo en India sino en Estados Unidos también.
China es un poder creciente en Asia y en el mundo. Cuando hay un cambio en el balance del poder, a menudo el mundo ve la guerra. Los líderes chinos han proyectado que su poder aumente pacíficamente. Pero el gobierno de George Bush ha promovido una estrategia desastrosa y militarista de “dar el primer golpe”. Lazos más estrechos con India son importantes para la paz, pero no lazos que desestabilizan a Asia con fines de una política anticuada y peligrosa de “contener” a China. Fueron políticas de esa clase que produjeron a las guerras de Corea y Vietnam.
Los movimientos por la paz y solidaridad, naturalmente preocupados por la situación en Irak, Irán, Afganistán y otros lugares de conflicto, no han prestado mucha atención al pacto nuclear entre Estados Unidos e India y qué esto significa.
Pero la izquierda en India ha proveido un gran servicio al mundo advirtiéndonos de estos acontecimientos. Todo norteamericano que nos preocupemos por la paz e intentamos bloquear la política aventurera de Bush, podemos ofrecer nuestra ayuda y solidaridad, hasta a esta última hora. El pacto podría cambiarse para que se convirtiera en un verdadero pacto de paz. Llamadas al congresista Gary Ackerman, copresidente demócrata del grupo en el Congreso sobre India, en los cuales se deben mencionar nuestras inquietudes sobre este pacto, pueden ayudar a sacar a la luz al problema.
Preocupaciones sobre pacto nuclear EEUU-India