Sus partidarios lo llaman la "Vía Verde," pero el gran gasoducto de 92 millas (148 kilómetros) proyectado para cruzar la isla de Puerto Rico diagonalmente ha provocado la ira de ecologistas y opositores al gobernador derechista de Puerto Rico, Luis Fortuño, del Partido Nuevo Progresista. Aunque el gaseoducto se ha vendido como un medio para cortar radicalmente los costos de la energía en Puerto Rico, sus opositores piensan que se han exagerado los beneficios y apuntan en cambio al daño que pueda hacer el proyecto a la ecología. Además de eso, se han levantado preguntas sobre el proceso de ofertas para el contrato.
El gasoducto de $450 millones, diseñada para facilitar una transición a gran escala del petróleo al gas natural, comenzará en la zona de Peñuelas-Guayanilla en la costa sureste (en donde se descargará el gas natural importado) y tendrá su término en el noreste cerca de la capital de Puerto Rico, San Juan. El problema es que se corta diagonalmente por zonas delicadas de sierras montañosas en donde se puede encontrar la mayor parte de la biodiversidad Puertorriqueña, incluyendo zonas claves de topografía Karst en donde viven más de 30 especies en peligro.
Topografía Karst significa a zonas terrestres con cuevas y canales subterráneos formados por los efectos a largo plazo del drenaje de agua precipitado por piedra caliza y otras materiales que con el paso de los milenios ha sido disuelto por el agua (la Península de Yucatán en México es otra famosa región de la topografía Karst). Muchas especies de plantas y animales raras ya se han adaptado a esta clase de topografía con su acceso especial a abastos de aguas subterráneos limpios. Además, los abastos de agua Karst son la fuente de agua fresca para los pantanos litorales importantes.
Una preocupación es la contaminación a los abastos de agua Karst, y otra que la zona no es despoblada y los agricultores locales y otros pobladores serán expuestos a posibilidades de explosiones e incendios. Hay también sitios arqueológicos en la zona.
La razón que se ha ofrecido por el gasoducto es la economía energética. Según el organismo patrocinador del proyecto, la Autoridad de Energía Eléctrica, en cuando el proyecto esté listo y trabajando, permitirá una transición del petróleo al gas natural en seis plantas generadoras. Esto, dice el gobierno, ahorrará entre 60 y 100 millones de dólares, reduciendo el costo de la generación eléctrica por casi una tercera parte. El gas natural también se considera como más limpio.
Sin embargo, un estudio realizado por el científico ambientalista Arturo Massol y sus colegas de la organización "Casa Pueblo" y divulgado el 13 de julio, sugiere que los ahorros serán cancelados por el daño ecológico y los riesgos a los 200.000 personas que viven en las zonas donde el gaseoducto va pasar demasiado cerca, según el estudio de Massol. Dicen ambientalistas que hay otras medidas, tales como la energía verde, para reducir el alto costo de la electricidad en la isla.
Además, hay una controversia sobre los contratos. El congresista federal norteamericano Luis Gutiérrez, demócrata por Illinois, cuyos padres nacieron en Puerto Rico, ha levantado cuestiones en el Congreso sobre la posibilidad de conflictos de interés entre el gobernador Fortuño y el contratista principal, Pedro Ray Chacón, que carece de cualquier experiencia anterior con este tipo de proyecto pero que parece ser amigo personal del gobernador. La oposición legislativa ya está exigiendo una investigación.
Se espera una aprobación final por parte de la Comisión Federal Regulatoria de Energía de EEUU. Fortuño ha enviado una carta a las autoridades federales llamando por una rápida autorización, pero opositores al gasoducto están cabildeando en su contra.