Proyecto contra abusos sexuales en agricultura

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CHICAGO — Organizaciones pro derechos de la mujer y de trabajadores agrícolas se juntaron en Chicago el 8 de abril para denunciar la violencia sexual en contra de las mujeres que trabajan en el campo y otras trabajadoras de salarios bajos.

La leyendaria dirigente campesina Dolores Huerta y otras hicieron uso de la palabra en una rueda de prensa para promover al Proyecto Pañuelo (Bandana Project en inglés), una campaña nacional de concientización para educar a las obreras agrícolas de sus derechos. El encuentro, que se llevó a cabo en el plantel del Museo Nacional de Bellas Artes Mexicanas en Chicago, también fue un día de acción para acabar con la violencia sexual. Abril es el mes nacional de consciencia de la violencia sexual.

“Ya con la economía en plena recesión, las trabajadoras y sobretodo las mujeres inmigrantes que trabajan en el campo, se están volviendo cada vez más vulnerables”, dijo Huerta, una dirigente de las huelgas y luchas pro derechos campesinos con César Chávez en los 1960s en adelante.

“Todos estamos vinculados con las trabajadoras de agricultura porque son ellas las que cosechan las frutas y vegetales que comemos en las mesas de nuestras cocinas”, dijo.

Muchas veces el trabajo en el campo no provee seguridad física para las mujeres, sobretodo las indocumentadas, dijo Huerta.

Las mujeres indocumentadas que trabajan en la agricultura tienden a creer que no tienen ni derechos ni protecciones, dijo. Temen denunciar la explotación sexual porque piensan que puede costarles el empleo.

“Hay mujeres que creen que ellas mismas tienen la culpa por el acoso sexual y todo el asunto de violencia y represalias les parece muy espantoso una vez que deciden expresarse”, agregó Huerta.

Por la razón de que las mujeres que trabajan en el campo usan pañuelos para protegerse del acoso sexual, este proyecto pinta y adorna los pañuelos en todo el país como un gesto simbólico en respaldo a las obreras en agricultura. Se van a exhibir estos pañuelos en escuelas, bibliotecas, centros comunales y galerías de bellas artes este mes.

El Proyecto Pañuelo tiene el fin de inspirar y alentar a las campesinas para que se expresen, dijo Huerta. “Las mujeres necesitan poder ir a trabajar sin sentirse intimidadas, cosa que se aplica a todos los trabajadores”.

La violencia sexual en el lugar de trabajo que experimentan las obreras inmigrantes de bajo ingreso en la agricultura y otras industrias va desde acoso verbal a la violación sexual.

Una investigación realizada en California por la Comisión Federal de Igualdad de Oportunidades de Empleo descubrió que cientos, y tal vez miles de trabajadoras en la agricultura se han encontrado obligadas a aceptar tener sexo a cambio de conseguir o retener sus empleos. Otras formas de acoso sexual, por ejemplo cuando los supervisores constantemente las agarran o las tocan, también se destacaron en la investigación.

Mónica Ramírez, directora de la organización “Esperanza: La Iniciativa Legal de la Mujer Inmigrante” con el Centro de Derecho de los Pobres del Sur, dijo que supervisores, mayorales y compañeros de trabajo a menudo abusan sexualmente a las trabajadoras agrícolas.

A pesar de que las indocumentadas sean las más vulnerables, también hay hombres y niños que trabajan en el campo que se convierten en victimas, dijo Ramírez. Mujeres que trabajan en hoteles, restaurantes y fábricas también son sometidas a la explotación sexual, dijo.

Sin embargo, dice Ramírez, “son pocas las mujeres que se han quejado públicamente. El clima que actualmente afecta a las inmigrantes dificulta cada vez más que estas mujeres se expresen abiertamente”.

El clima de hostilidad que resulta de las campañas antiemigrantes promueve al acoso dirigido a las obreras inmigrantes, dijo Ramirez. Muchas indocumentadas no reporten los casos de acoso sexual a nadie porque los hombres que lo hacen las amenazan con la deportación.

Están desarrollando materiales como un video de “Conozca sus derechos” para ayudar a las mujeres a que se enfrenten con el problema. También está laborando para fomentar políticas en el sitio de trabajo para proteger a las inmigrantes y las mujeres que trabajan en la agricultura.

Anne Ream, fundadora del proyecto “Las Voces y las Caras”, que ha producido materiales para exponer el asunto del acoso sexual a las mujeres, dijo al grupo “Cada dos minutos en este país alguna mujer está sometida a alguna forma de explotación sexual. Y lo que las trabajadoras agrícolas encuentran se amplifica por las fuerzas sociales más amplias incluyendo lo que se exhibe en la televisión y los medios masivos”.

Para enterarse más sobre este programa, vaya a www.bandanaproject.org o www.voicesandfaces.org.

plozano @pww.org