Remesas y recesión

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Los gobiernos de América Latina se acostumbraron a las multimillonarias transferencias de dólares procedentes de sus trabajadores en el extranjero, sin tener en cuenta las condiciones económicas y legales de sus ciudadanos emigrados (Muchos están indocumentados, enfrentan creciente desempleo, racismo, persecusión). Y hoy sufren los resultados de esta alta vulnerabilidad en la disminución de las remesas que ha desequilibrado la balanza de pagos y agravado la pobreza de sus países.

Una de las situaciones más difíciles las vive México que, desde el punto más alto en 2008, hasta su nivel más bajo hacia mediados de 2009, el flujo de remesas - que anualmente llegó a ser de 24 mil 500 millones de dólares, antes de la crisis - tuvo una contracción de 15 por ciento, a causa de la recesión en Estados Unidos donde radica más de 11.8 millones de inmigrantes mexicanos.

Las remesas constituyen un aporte importante para la economía del país, son la segunda fuente de divisas para México, sólo después de la exportación de petróleo crudo.

Escenarios similares enfrentan Guatemala, Jamaica, Nicaragua, Honduras, Haití y Guayana , donde las remesas enviadas en 2009 representan más de 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y significan una fuente de ingreso imprescindible para millones de familias en la región que dependen de estos flujos para cubrir gastos básicos como la compra de ropa, medicinas o alimentación.

Esta caída en las remesas ha coincidido con los indicios sobre una nueva desaceleración de la economía estadunidense, la cual mantiene una tasa de desempleo cercana a 10 por ciento de su población económicamente activa.

Con la recesión económica hay varios sectores que se contraen. Uno de los segmentos más vulnerables es precisamente el mercado laboral de los inmigrantes. El de la construcción tuvo una caída importante, pero no es el único. También se afectó el sector servicios, los restaurantes, en los que la actividad también se contrajo. En general todo lo que tiene que ver con el gasto de consumo tuvo afectación. Esto redujo el empleo y también hizo disminuir el monto de dinero enviados a los familiares que dependen de estos flujos para cubrir gastos básicos como la compra de ropa, medicinas o alimentación.

Sin duda, la crisis redujo el monto de las remesas. Pese a ello los inmigrantes resistieron la crisis económica que golpea a Estados Unidos, y no provocó el nivel de retorno masivo de inmigrantes a sus países como se esperaba.

¿Cómo sortearon la crisis los inmigrantes?

Con más horas de trabajo, consiguiendo dos empleos, recortando gastos, compartiendo vivienda, viajando menos. Eso los llevó a mantenerse, a sostenerse en Estados Unidos, en la espera de una mejor época; aún cuando las perspectivas de que el país se recupere no están a la vuelta de la esquina.

El presidente de la Reserva Federal , Ben Bernanke, advirtió que queda aún mucho por delante para poder decir que se salió del agujero de la recesión, pues será muy difícil "recuperar los más de ocho millones de trabajos que se perdieron".

El gran temor actual es que sectores como el de la construcción o el manufacturero, donde labora una mayoría de los inmigrantes latinos, quizá no vuelvan a los niveles de empleo previos a la crisis que arrancó en diciembre de 2007.

Alberto Ampuero es periodista radicado en Riverside, California. ampueroalberto@yahoo.com

 Foto: Creative commons: http://www.flickr.com/photos/danielgreene/317181315/