Mientras la mayoría de los medios de comunicación estadounidense han estado presentando una historia linda, revisionista del ex presidente Ronald Reagan, que murió el 5 de junio 2004, otros han presentado una opinión más realista de Reagan y su política y actividades. Uno de estos fue Miguel D’Escoto, un cura católico que fue el canciller de Nicaragua del gobierno revolucionario formado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional después del derrocamiento popular del dictador, respaldado por Estados Unidos, Anastasio Somoza, cuya familia había gobernado a este país centroamericano desde el 1936.
En una entrevista con Amy Goodman del programa noticioso progresista de radio y televisión “Democracy Now!”, D’Escoto llamó a Reagan “el carnicero de mi pueblo”. D’Escoto continuó, acusando a Reagan de “haber sido responsable de la muerte de 50.000 nicaragüenses”.
Oficiales de seguridad nacional de la administración Reagan vendieron armas al gobierno de Irán, desde 1983 hasta el 1985, a pesar de un embargo comercial y de armas contra el gobierno musulmán fundamentalista de ese país, y usaron las ganancias para financiar los contrarrevolucionarios (conocidos como “contras”) derechista peleando contra el gobierno sandinista.
Aunque Reagan negaba saber de los esfuerzos, encabezado por el coronel de la Infantería de Marina Oliver North, para ayudar a los contras, hay evidencia, incluyendo el testimonio del mismo coronel North, de que él sabía. El vicepresidente de Reagan, el ex presidente George Bush, padre del actual presidente, también estuvo implicado en el asunto cuando se hicieron las vistas públicas independientes.
D’Escoto dijo que Reagan “era un delincuente internacional” porque él “inventó, orquestó, financió y dirigió: la guerra de los contras.” “Para Reagan, Nicaragua tenía que ser reconquistada”. Siguiendo el sacerdote revolucionario dijo que Reagan “culpó a Carter de haber perdido Nicaragua, como si Nicaragua hubiera pertenecido alguna vez a alguien más que al pueblo nicaragüense”.
Haciendo una conexión entre el gobierno de Reagan y la administración Bush, D’Escoto dijo, “Reagan mintió al pueblo, como Bush le miente hoy a medida que continúa su escalada, pensando que Estados Unidos está por encima de toda ley, humana o divina”.
El ex canciller sandinista habló de como su país llevó a EEUU ante la Corte Mundial. El resultado fue que “el gobierno de Estados Unidos recibió la sentencia más severa, la condena más dura en la historia de la justicia mundial”, pero, desafortunadamente, la administración Reagan, y la del primer Bush, “no cumplió la sentencia: hasta la fecha adeuda a Nicaragua lo que deben de ser entre 20 y 30 mil millones de dólares”. Él agregó que las repercusiones del daño que sufrió Nicaragua, culpa de la administración Reagan-Bush, “perdurarán otros 50 años o más”.
D’Escoto llamó al actual presidente Bush, “heredero espiritual” de Reagan, añadiendo que la política extranjera de estas administraciones resultan en que “el mundo está mucho menos a salvo y es mucho menos seguro que nunca”. Él dijo que la administración Bush de hoy en día, igual como el gobierno Reagan-Bush, está “poseído por los demonios del destino manifiesto”, eso es, la política de dominación imperialista del mundo. Él dijo que la política extranjera de Reagan y sus mentiras “convenció a muchos en el mundo de que Estados Unidos es un fraude, una gran mentira. No sólo no era un país democrático, sino que era de hecho el mayor enemigo del derecho de los pueblos a la autodeterminación”.
Sacerdote nicaragüense: Reagan fue ‘carnicero de mi pueblo’