¿Éste es un momento socialista?

 

¿Éste es un momento socialista? Escucho esta pregunta cuando estoy viajando. He aquí mi respuesta cuando me preguntan en reuniones públicas.

Depende como entendemos un "momento socialista". Si significa que el pueblo norteamericano en su mayoría insiste en una transformación socialista de la sociedad, hay poca evidencia de ese sentido. 

La gente está enojada y frustrada; quieren cambio; están listos para luchar por trabajos, cuidado médico, educación pública, ayuda de vivienda y así. ¿Pero están reclamando un cambio de sistema, una sociedad socialista? Todavía no. De decir diferente me parece traído de muy lejos. 

Pero, si significara que hay muchas más personas listas para oír más del socialismo, y no rechazarla de antemano, yo diría, "Sí, éste es un momento socialista. Éste no es algo insignificante. No era hace mucho tiempo que el socialismo no tenía mucha aceptación dentro de sectores anchos del pueblo norteamericano. Fue considerado un modelo fallado, no democrático y peor, una idea quebrada - a lo mejor algo dejado en la historia. 

De hecho, los ideólogos de capitalismo pensaban que habían sepultado la idea socialista por siempre, pero a su disgusto el genio ha salido de la botella otra vez, gracias en gran medida a las condiciones azotando la economía domestica y mundial. No es el determinismo económico decir que la fuerza de circunstancias económicas y la crisis de la vida cuotidiana para muchas millones están formando y reformando la conciencia de masas, aunque en maneras contradictorias.

Comunistas y socialistas deben recibir el renacimiento de este diálogo sobre el socialismo y participar con ansia. 

Como todo, nuestra visión del socialismo necesita un ajuste a las nuevas condiciones (la crisis económica) y los desafíos (el sostenibilidad económico y del ambiente, el desarme nuclear, la pobreza mundial y la desigualdad) y a la vez examinar la experiencia del socialismo en el siglo XX. 

Al fin y al cabo, no hay modelos universales dentro los cuales cabe cada país. La tela de la experiencia socialista es un tejido bonito de muchos colores y hilos, no un gris monótono y pardo. Cada país forma un socialismo que lleva una marca profunda de su propia historia, política, economía y cultura. 

Las experiencias de las revoluciones y sociedades socialistas exitosas y no exitosas tienen que ser filtradas a través nuestro contexto nacional. En ninguna manera se puede importarlas en una manera fácil y sin crítica. 

Como dijo en muchas ocasiones, Gus Hall, el anterior líder del Partido Comunista de los EE.UU., "Somos por un socialismo de la Carta de Derechos", referendo a la nuestra Carta de Derechos, la cual en su perspectiva sería preservada y desarrollada en una sociedad socialista en los Estados Unidos.