Trabajadores hoteleros de San Francisco mantienen estado de sitio por dos dias.

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San Francisco-Las gigantes corporaciones hoteleras dueños de los mejores hoteles de esta ciudad puedan pensar que podrían aprovechar de la crisis económica actual para obligarles a sus a trabajadores a aceptar un contrato lleno de concesiones. Sin embargo unos 9.000 trabajadores hoteleros y su unión, UNITE-HERE Local 2, están respondiendo en forma fuerte y clara: "Piensan de nuevo".

A la vez que se prolongaron hacia el otoño las negociaciones que comenzaron en agosto por un nuevo contrato de la ciudad, condujeron los trabajadores una serie de acciones en las calles: manifestaciones, breves huelgas, protestas informativas, desobediencia civil pacífica, y convocaron a un boycot de consumidores de los siete hoteles más renombrados

Lo último en la serie, un "estado de sitio de dos días" del 31 de marzo al 1 de abril en uno de aquellos hoteles, el Westin-St. Francis en el corazón de la ciudad, trajo a las puerta principal del hotel a una ruidosa y entusiasta línea de huelguistas.

Patrick Cirby, asistente del hotel durante mas de 17 años, hizo una pausa en sus rondas de huelga para decir que se trata de más que las luchas actuales por contratos: la cuestión principal es la demanda del dueño corporativo del hotel, la Corporación Starwood, de que los trabajadores, que suelen ganan de $30.000 a $35.000 al año, paguen de su propias bolsas cuotas muy altas por el seguro de salud. Mientras bajo la propuesta él y otros trabajadores solteros verían bajar significativamente el pago que llevan a la casa, dice que los trabajadores con familias podrían enfrentar duros aprietos en cubrir sus necesidades más básicas.

Dice Cirby que el hotel también está intentando incrementar las cargas de trabajo, cortar el número de trabajadores al combinar las categorías de empleo, y ganar el derecho de exigir a los trabajadores jornadas de cuatro horas, forzándolos a trabajar mas días para que puedan calificar por beneficios incluyendo el seguro de salud.

Mientras se reunía a la línea de huelga, Linda Knighten, cocinera del Omni Hotel dijo, "Estamos muy optimistas, hemos pasado esto antes y tenemos mucha confianza en el liderazgo de nuestra unión". Knighten estaba recordando los dos años de lucha, incluyendo una huelga de dos semanas, un cierre de 53 días y un boycot , antes de que el último contrato fuese firmado in 2006.

Mientras tanto, dice ella, el hotel es lento en contratar a los trabajadores de reemplazo que se necesitan y en resolver quejas y otras cuestiones, y las cargas de trabajo siguen incrementándose

"La avaricia corporativa no ha cambiado," dijo Knighten. "Ellos reclaman que están sufriendo a causa de la economía, pero los hoteles sí están haciendo dinero. Están intentando conseguir un acuerdo barato a largo término cuando nosotros sabemos que la economía cambiará".

El Local 2 dice que los boycots han costado a los hoteles afectados mucho más de lo que los hoteles hubieren pagado bajo el contrato a corto término que propuso la unión el año pasado. Dice la unión en un informe de prensa, "En vez de eso, insisten ellos en luchar contra nosotros por un contrato al largo término lleno de concesiones. Su avaricia ya les ha costado millones en negocios perdidos, y sigue subiendo esa figura con cada semana."

Señala la unión que las mayores corporaciones hoteleras, incluyendo Starwood, han seguido reportando ganancias significativas a pesar de la recesión económica.

El seguro de salud es también la gran preocupación al cruzar la bahía en el suburbano Pleasanton, donde hace más de un mes, el Castlewood Country Club les despidió a 60 trabajadores incluyendo a cocineros, meseros y lavaplatos, cuando éstos rechazaron la demanda del club de que paguen $739 al mes por el seguro de salud de sus familias . Ganaban estos trabajadores un promedio de poco más de $12.50 la hora, y hasta ese punto no habían pagado nada por el seguro de salud.

El 28 de marzo, se reunieron más de 85 personas para una marcha pacífica en el Country Club, y el 31 de marzo, se juntaron con los trabajadores dirigentes religiosos para celebrar un programa religioso bilingue en la misma línea de huelga.

Foto: Marilyn Bechtel/PW-Mundo Popular