Trabajadores silenciados ante comisión

Republicanos defienden bancos contra consumidores

Cuatro trabajadores, víctimas de robo por las compañías de tarjetas de crédito, estaban sentados en silencio durante unas vistas públicas en el Congreso que bregaba con este mismo tema, con temor de compartir sus historias de horror con la gente que ellos eligieron para que los representaran.

Después de un sus largos viajes, desde Chicago, Denver y Niagara Falls a la capital del país fueron silenciados por una maniobra política de los congresistas republicanos que exigieron que firmen documentos permitiendo que los bancos de sus tarjetas de crédito tengan el derecho de discutir los asuntos financieros de los cuatros públicamente en cualquier foro siempre que quieran.

Los trabajadores fueron silenciados, el 13 de marzo, mientras que los miembros de la Subcomisión sobre Crédito al Consumidor de la Comisión sobre Servicios Financieros de la Cámara de Representantes se juntaron para discutir un proyecto de ley que aumentaría un poco las protecciones que los consumidores tiene dentro de las leyes sobre tarjetas de crédito. Como ejemplo: el proyecto – HR 5244, titulado Carta de Derecho del Poseedor de Tarjeta de Crédito – prevendría que los bancos apliquen las alzas en interés al balance existente.

“Fue una verdadera tragedia”, dijo Lynda Tran, directora de comunicaciones del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), la unión laboral que trajo a los cuatro trabajadores a Washington a dar testimonio. “Necesitamos oír sus historias. Todos sabemos que mala está la crisis de crédito en Wall Street”. Ella agregó que la crisis de crédito afectando al pueblo y que puede crear grandes problemas en la economía.

Con el permiso de los cuatros trabajadores, Tran permitió que Nuestro Mundo pueda leer y publicar el testimonio que el Congreso no oirá.

“Yo no quería que todos mis asuntos privados estén antes todo el público”, dijo Marvin Weatherspoon un abuelo de Chicago cuyo interés en su tarjeta de crédito del Bank of Amercia subió de 4,25 por ciento a 25 por ciento.

Weatherspoon un supervisor en el departamento de ropa blanca para la compañía Aramark en McCormick Place, el centro de convenciones de Chicago. Como miembro del Local 1 del SEIU, él asegura que todos los salones tengan manteles y servilletas para las reuniones y otras actividades.

Weatherspoon se hizo cliente del Bank of America en el 2000 cuando consolidó $12.000 de deudas en una nueva tarjeta de crédito de ese banco. Desde entonces el interés brincó más de 20 puntos y su pago mínimo subió de $160 mensual a $342.

Para su factura de octubre 2007, Weatherspoon hizo el pago de $257; $232,47 de eso fue para el interés. Un portavoz para el Bank of America admitió que Weatherspoon siempre ha pagado a tiempo.

El resultado de este robo es que él pagó solo como $800 de la cantidad original en más de ocho años de pagar su cuenta a tiempo. Él dijo que tenía la intención de decirle a los miembros del Congreso de los problemas personales que tiene debido a las acciones del banco.

Weatherspoon dijo que las cosas están dificil. “No manejo si no tengo que hacerlo y no puedo ayudar a los nietos como quisiera. Cuando el banco aumenta mi cuenta tengo que gastar menos. Bajé lo que gasto en comida. Justo antes de la Navidad me subieron el pago mínimo por casi $100 – de $257 a $342 mensual. Me dijeron que habían cambiado sus reglas y no había nada que yo podía hacer. Rebajé lo que gasté en regalos de Navidad en diciembre y en comida en enero”.

Susan Wones, de Denver, dijo, “Estoy muy molesta porque no pude testificar. JPMorgan Chase alzó mi interés de cero a 23 por ciento en un mes el varano pasado, sin notificación ni explicación.

“Mientras las ganancias de las tarjetas de crédito suben, el ánimo del pueblo norteamericano baja”, dijo Christy Smith de Niagara Falls. “No hay nada peor que estar preocupada cada día con como voy a pagar esa cuenta o qué puedo posponer pagar o no comprar para poder pagarla”.

Nadie se sorprende que los bancos y sus socios republicanos se opongan al proyecto. “Como con cualquier intervención gubernamental en el mercado libre, este proyecto representa un verdadero peligro a restringir la gama de productos y servicios que las compañías de tarjetas de crédito ofrecen actualmente”, dijo en una declaración el congresista republicano por Alaska, Spencer Bachus.

Carolyn Maloney, demócrata por Nueva York que introdujo el proyecto de ley, dijo que su propuesta le da un balance entre los consumidores y los bancos que está en un desequilibrado. “El sector de las tarjetas de crédito están muy claro sobre la responsabilidad impuesta al consumidor: o pague a tiempo o manténgase bajo su límite”, dice un comunicado de Maloney. “Pero, cual es la responsabilidad recíproca de las compañías de las tarjetas”.

Steven Autry de Feredericksburgo, Virginia, era el cuarto que le taparon la boca en las vistas públicas. Autry dijo que era partidario de los republicanos y que apoyaba la regulación gubernamental de los bancos.

En el 1999, dijo Autry, él aceptó una tarjeta de Captial One Card porque tenía un interés de 9,9 por ciento y fue anunciado como “fijo por vida”. Pero el año pasado, sin ninguna indicación de problemas con el crédito de Autry, él encontró que la compañía aumentó el interés a 16,9 por ciento.

En una declaración reciente la federación sindical AFL-CIO dijo que la crisis de crédito tiene sus raíces en “una economía donde a los trabajadores se les da la oportunidad de coger prestado o comprar a crédito en vez de darle aumento salariales reales significativos”.