Mientras el presidente George W. Bush posaba para fotos en las montañas Adrondack, sus credenciales ambientales fueron atacadas por ambientalistas, líderes del Partido Demócrata y otros. Comentaristas políticos esperan que los problemas del ambiente esté entre los temas calientes para las elecciones del 2002.
Gregory Wetstone, director de abogacía del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (CDRN), dijo que las leyes ambientales se enfrentan a los peligros “más graves desde los ataques del Congreso de Newt Gingrich del 1995.” Él dijo que esta vez tiene puede ser “más peligroso” porque “la administración Bush está minando discretamente las reglas de las agencias federales que convierten a las leyes ambientales en reglas específicas para las industrias.” El CDRN dice que el gobierno intensificó sus esfuerzos después de 11 de septiembre cuando la atención pública estaba pendiente a los ataques terroristas.
Salvar Nuestro Ambiente, una colaboración de 16 grupos nacionales que bregan con asuntos ambientales, acusa a la Casa Blanca de encabezar unos esfuerzos coordinados para “identificar a las regulaciones ambientales que las industrias más inaceptable.”
Bush alaba su plan “Cielos Claros” como uno que le dará a las compañías “flexibilidad para encontrar la mejor manera” para cumplir con los requisitos de límites para la contaminación del aire. Pero expertos sobre el ambiente dicen que el plan Bush permitirá más contaminación del aire por las industrias que la actual Ley de Aire Limpio.
Bajo el plan Bush, la cantidad de carbón usado por las compañías de electricidad aumentará un 7,3 por ciento, de acuerdo a un análisis hecho por la Agencia de Protección al Ambiente federal. John Walker, director del CDRN, dice que esto no tiene sentido.
Ambiente será tema en elecciones 2002