Cámara vota contra fondos para la guerra; Senado los aprueba

Activistas por la paz califican al 15 de mayo como una fecha histórica, cuando la Cámara de representantes votó su falta de confianza a la política de guerra en Irak del presidente Bush, aprobando una serie de medidas en contra de la guerra y dirigidas a necesidades domésticas, derrotando temporalmente la aprobación de fondos adicionales para la guerra.

Por un voto de 227 a 196 con el apoyo del 94 por ciento de los demócratas en la cámara baja, más ocho republicanos, votó la Cámara a favor de un plan de retirada a las tropas comenzando dentro de 30 días, a ser completada dentro de 18 meses.

La medida prohíbe al presidente Bush comprometer al gobierno del próximo presidente a que mantengan tropas en Irak. Bush ha buscado manera de pasar por encima del Congreso para conseguir un acuerdo firmado para julio o antes que garantice una futura presencia militar norteamericana en ese país. La resolución requiere una aprobación previa del Congreso antes de cualquier acuerdo entre EEUU y el gobierno iraquí que comprometa a fuerzas militares norteamericanas.

La medida aprobada por la Cámara también requiere los efectivos militares tengan un tiempo de descanso de más de un año antes de ser desplegadas de vuelta a Irak o Afganistán. Se prohíben bases permanentes norteamericanas en Irak y se prohíbe tortura y técnicas de interrogación no permitidas en los manuales de guerra del Ejército.

David Cohen, del Consejo por un Mundo Sostenible, ve a la acción de la Cámara como algo que ha sentado bases para un fin de la guerra bajo un nuevo gobierno. “Estableció la enmiendo algunas reglas significativas de base que limitan la autoridad del presidente para llevar adelante una guerra no restringida”, así “oponiéndose de manera bien clara a la poolítica de Bush”, escribió Cohen en el sitio de Internet del grupo. Dice que la provisión que ofrece un plan de retirada establece a “las bases para que comience un presidente que lo apoye un proceso ordenado de retirada que proteja a nuestras tropas”.

Por un voto de 256 a 166 fue aprobada en la Cámara de Representantes otra medida que extiende a la ley “GI Bill” [medida que ofrece beneficios educacionales a los veteranos de guerra] a ser pagado con impuestos a los ricos, así como una extensión a los beneficios de desempleo. También congela a los recortes de Medicaid de Bush y provee fondos para los diques de Nuevo Orleáns.

La enmienda recibió el apoyo del 97 por ciento de los demócratas de la Cámara. Con ellos estaban 32 republicanos, el 17 por ciento de los republicanos de la Cámara, que votaron por la medida a pesar de Bush y del liderazgo republicano del Congreso.

La medida extiende hasta 10 años los beneficios educacionales para veteranos de guerra, invirtiendo 52 mil millones de dólares, extendiendo el programa a activos de la Guardia Nacional que actualmente no reciben beneficios educacionales bajo esta ley. Provienen los fondos de un impuesto extra de 0,5 por ciento a las parejas que ganan mas de un millón de dólares o a los individuos que ganan más de $500.000. La Casa Blanca subrayó a esta última provisión al amenazar con vetar a la medida.

La enmienda extiende beneficios de desempleo hasta 13 semanas en todos los estados para los trabajadores que ya agotaron sus beneficios y añade otras 13 semanas adicionales en estados con tasas elevadas de desempleo.

En su acción más paradójica, votaron los legisladores 149 a 141 en contra de proporcionar fondos adicionales para la guerra de Irak, con 132 republicanos votando “presente”. Fue vista la maniobra inesperada de los republicanos como un esfuerzo por encontrar tácticas nuevas de enfrentamiento a los demócratas, motivado por lo que calificó Cohen como “el pánico que sufren los republicanos de la Cámara luego de haber perdido tres elecciones consecutivas de candidatos en distritos supuestamente republicanos”.

Votaron en contra de fondos por la guerra el 63 por ciento de los demócratas de la Cámara. Los que votaron a favor representaron en gran parte a distritos conservadores que votaron por Bush en 2000 y 2004.

El gobierno Bush ha hecho costumbre proporcionar fondos a las guerras de Irak y Afganistán por medio de peticiones de fondos de “emergencia” fuera del proceso presupuestal normal. La petición de emergencia más reciente de Bush fue de cien mil millones de dólares para el año fiscal 2008 que corre hasta septiembre, más otros 66 mil millones de dólares para la primera mitad del año fiscal 2008 hasta marzo de 2009.

El liderazgo demócrata de la Cámara estructuró la propuesta de fondos a la guerra como tres enmiendas distintas para permitir a los representantes un rango de opciones para oponerse a la guerra. Los demócratas que estaban en contra de la guerra y que deseaban votar en contra de los fondos pudieron hacerlo, mientras otros que representan a distritos más conservadores y que estaban preocupados por ser acusados de “no apoyar a las tropas” pudieron votar por una retirada de tropas y las demás medidas desafiándo a Bush sin tener que votar por un recorte de fondos.

El liderazgo también hizo combinar a los dos proyectos de fondos en un solo voto ahora para evitar la posibilidad de darles más tarde una plataforma demagógica de campaña de “apoyo a las tropas” a los republicanos durante la campaña electoral de otoño.

El Senado aprobó los fondos para la guerra hasta marzo de 2009, quitando la mayor parte de las otras medidas. La legislación final será negociada entre las dos cámaras por una comisión de conferencia.

Pero la Comisión de Apropiaciones del Senado retuvo la prohibición a cualquier acuerdo a largo plazo comprometiéndo tropas sin el apoyo previo del Congreso. El senador Jim Webb (demócrata por Virginia), entre los que empujaba al Congreso a que se enfrente a Bush, alabó la acción de la comisión.

“Durante más de seis años el gobierno nos ha ofrecido al público norteamericano y al Congreso poca transparencia tocante a sus intenciones a largo plazo en Irak”, declaró. “Es el deber constitucional del Congreso estar de guardia, a que no se permita que este gobierno situe al próximo presidente en una posición en la cual EEUU haya acordado mantener una presencia militar a largo plazo en Irak”.