Tensiones sobre la muerte de civiles a manos de efectivos estadounidenses en Irak se empeoraron cuando tropas de EEUU mataron a 17 civiles y herieron varias docenas más, entre estas ancianos y niños en el vecindario pobre de Bagdad conocido como Ciudad Sadr el 21 de octubre.
Portavoces de las Fuerzas Armadas estadounidense dijeron que ordenaron ataques aéreos en esos vecindarios altamente poblados porque la infantería reportó que le disparaban mientras buscaban un hombre que dicen es líder de una pandilla de secuestradores que supuestamente tiene apoyo de los Irán.
El alcalde de Ciudad Sadr, Hassan Adhab, le dijo a la televisión iraquí que entre los muertos se encontraba a una madre y sus tres niños. Adhab culpó a las fuerzas estadounidenses por atacar a autos que llevaban gente a trabajar en la mañana.
Una de las que mataron fue una anciana que fue cortada en mitad por metralla, según un oficial de un hospital. Dos primos de ocho y once años que estaban comprando pan murieron, reportó el diario neoyorquino The New York Times.
Oficiales estadounidense primero dijeron que “no sabemos nada de la muerte de civiles inocentes” en el ataque en él cual dijeron haber matado a 49 “delincuentes”. Pero después en un comunicado anunciaron que habrá una investigación conjunta con los iraquíes de lo que ocurrió.
El incidente subraya que son las FFAA estadounidenses que continúan dar las órdenes en Irak, inclusive atacar con aviones a áreas residenciales, a pesar de lo que dice el gobierno de Bush.
El primer ministro iraquí Nuri al-Maliki expresó su indignación con la matanza en una reunión con el general David Petraeus, comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak. El primer ministro también criticó el uso de fuerza excesiva por las fuerzas de EEUU, incluso los contratistas privados, según reportes noticieros.
Las críticas continúan por el tiroteo por efectivos de la compañía privada Blackwater USA que dejó a 17 civiles muertos el 16 de septiembre, además de otros incidentes similares este mes.
Un líder político iraquí en la directiva del Partido Comunista Iraquí le dijo a Nuestro Mundo que rechazan el uso excesivo e indiscriminado de violencia por los ocupadores estadounidenses. “No puede continuar así”, él dijo por teléfono desde Bagdad. Él pidió que no usara su nombre debido a su papel en negociaciones políticas ahí.
Los iraquíes quieren que sean iraquíes mandando y no elementos extranjeros, él dijo.
Un proyecto de ley en el parlamento iraquí haría que las compañías privadas de seguridad como Blackwater operando en Irak estén sujeta a las leyes iraquíes, dijo el comunista iraquí. La ley revocaría la infame Órden 17, del gobernador de la ocupación estadounidense Paul Bremmer, que le otorga inmunidad total de todas las leyes iraquíes a todos los empleados de la ocupación estadounidenses.
Pero más fundamental a terminar con la ocupación, dijo el líder iraquí, es la ira que sienten los iraquíes que EEUU no está cumpliendo con su responsabilidad de entrenar al ejército y la policía iraquí y como resultado mantiene a EEUU en control.
Como para confirmar esto un reporte del gobierno estadounidense la semana pasada muestra que la compañía contratada por el departamento de Estado al costo de $1,2 mil millones para entrenar a la policía iraquí no puede producir ningún documento que diga que metas han cumplido durante los últimos tres años.
Los archivos de DynCorp están tan mal que el departamento de Estado no puede decir “específicamente lo que recibió”.
Stuart Bowen, el investigador general nombrado por el Congreso para la reconstrucción de Irak, que hizo la investigación, le dijo al The New York Times que el contrato para entrenar la policía “me parece ser el programa de gran escala que tiene el personal más débil y es el peor supervisado en Irak”.
DynCorp estaba supuesto construir facilidades para entrenar la policía y proveer cientos de instructores para adiestrar a la policía iraquí.
El comunista iraquí dijo que los iraquíes consideran que una fuerza policiaca entrenada y capaz es crítico a la estabilización del país. A la misma vez el congresista Henry Waxman (demócrata por California) que preside sobre la Comisión de Supervisión Contable y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, ha acusado a Blackwater de haber defraudado al gobierno estadounidense de millones de dólares en contribuciones ilegalmente al declarar a sus empleados “contratistas independiente”. El jefe de Blackwater Eric Prince tiene lazos estrechos con la derecha del Partido Republicano.
Mientras tanto, el presidente Bush le pidió al Congreso por $196 mil millones para las guerras en Irak y Afganistán.
Anita Dancs, directora de investigaciones para el Proyecto sobre Prioridades Nacionales, dijo que esto llevaría el costo de la guerra en Irak desde el 2003 a $611 mil millones, o sea “como $5.500 por hogar estadounidense”.
“Si el Congreso pase esta solicitud”, dijo ella, “vamos a gastar en la guerra en Irak este año lo suficiente para proveer seguro de salud para todos los norteamericanos que no lo tienen”.
Crece indignación en Irak y EEUU por la guerra