Creciente oposición guerra contra Irak

Una creciente oposición al planeado ataque contra Irak, de parte de la administración Bush, hasta de republicanos derechistas, proveé una “oportunidad” para prevenir tal guerra nos dijo Kathy Kelly, coordinadora de Voices in the Wilderness, un grupo humanitario que trabaja para poner fin a las sanciones económicas contra Irak. “Yo espero que todo grupo de base desarrolle una campaña de resistencia no violenta, incluyendo ocupar las oficinas del Congreso, si es necesario” para parar una guerra estadounidense contra Irak, ella dijo.

Kelly y seis otras personas están en medio de un ayuno de 40 días afueras de la Misión de Estados Unidos a la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York. El ayuno terminará el 11 de septiembre como parte de actividades pro paz a través del país en el aniversario del ataque terrorista del año pasado. Protestas, cabildéo y ayunos se están haciendo alrededor del país como parte de un creciente movimiento para prevenir un ataque estadounidense contra Irak.

Cientos de manifestantes gritaban “Tiren a Bush, No las Bombas” cuando Bush llegó a Portland, Oregon, el 22 de agosto. Rob Moitoza, un veterano de la Guerra en Vietnam, dijo que no pensaba que se debe pagar con “las vidas de los muchachos norteamericanos” para el petroleo, mientras portaba un letrero que decía “Veteranos Contra Bush” en inglés. Moitoza dijo que él tuvo dos años en la Marina de Guerra en un portavión durante la Guerra en Vietnam y que teme un conflicto peor si se envía tropas estadounidenses a Irak.

A pesar de la oposición dentro y fuera de EEUU, los guerrillistas de la administración Bush han aumentado sus esfuerzos publicitarios para justificar un ataque unilateral contra Irak de parte de EEUU.

El vicepresidente Dick Cheney, hablando antes la organización Veteranos de Guerras Extranjeras el 26 de agosto, dijo que un ataque contra Irak está justificado porque “muchos de nosotros estamos convencidos” de que Irak “muy pronto” tendrá armas nucleares, “aunque cuando no podemos decir”. Cheney citó solo “testimonios de tránsfuga” para soportar su afirmación.

El mismo día la Casa Blanca afirmó que Bush no necesita la aprobación del Congreso para atacar a Irak.

Encabezados por el congresista Dennis Kucinich, demócrata por Ohio, 75 legisladores afirmaron el papel constitucional del Congreso en decidir si hacer guerra o no en contra Irak. Antes de cualquier acción el presidente debe buscar autorización del Congreso, ellos escribieron en una carta a Bush el 6 de agosto.

En una rueda de prensa el 20 de agosto convocada por Kucinich, el ex inspector de armas de la ONU Scott Ritter, Phyllis Bennis, experta sobre el Medio Oriente del Instituto para Estudios de Poltica, y el ex director de la organización de paz, antinuclear SANE/Freeze y actual presidente de Forth Freedom Forum, David Cortright, advirtieron que un ataque contra Irak sería un “desastre” convirtiendo a EEUU en un estado actuando fuera de la ley.

Ritter, un ex infante de marina que por siete años fue parte de una unidad de la Comisión Especial de la ONU sobre Irak, dijo, “no hay evidencia factual creíble” que Irak tiene o está por tener armas de destrucción masiva.

Él acusó a EEUU, y no Irak, de destruir el programa de inspecciones de armas por usar el programa como una operación de espionaje y así desacreditando el programa. Sin embargo, él dijo, No es probable que Irak pueda haber reconstruido su capacidad militar, dijo él, y EEUU tiene la tecnología para verificarlo o no. “Irak no tiene la capacidad, hoy, de proyectarse como un poder militar fuera de sus fronteras”, Ritter declaró.

Ritter, un republicano, dijo, “No podemos ir a la guerra basado en los rumores y la especulación, Antes de enviar a decenas de miles de tropas norteamericanas a pelear, matar y ser matado en nuestro nombre, tenemos que estar absolutamente seguro que hay una amenaza que merezca la guerra, que merezca el sacrificio”.

Los tres, Ritter, Bennis, y Cortright, dijeron con énfasis que la política de la administración Bush de “eliminación de régimens” hace los programas de inspección de armas imposible. Similarmente, el vicepresidente de Irak, Taha Yassin Ramadan, dijo el 27 de agosto que él cree que volver a las inspecciones de la ONU no va a prevenir los ataques militares estadounidenses. Él dijo que Irak no tiene armamentos de destrucción masiva, pero que la administración de Bush quiere sacar a Saddam Hussein sin importar el tema de las inspecciones.