El Salvador se unió a los países latinoamericanos que han escogido una vía de izquierda, antineoliberal al elegir como jefe de estado al candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Mauricio Funes y su compañero de fórmula, Salvador Sánchez Cerén, ganaron las elecciones presidenciales de marzo 15 con 51 por ciento del voto. El candidato del derechista partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Rodrigo Ávila perdió con 48 por ciento del voto.
Una vez el Tribunal Supremo Electoral había anunciado que con 90 por ciento de los votos contados el FMLN tenía la delantera, Funes cantó victoria, dándoles las gracias a los que votaron por él y “escogieron el camino del cambio y la esperanza”. El pueblo salvadoreño puso fin a 20 años de gobierno de ARENA, partido político que empezó como grupo paramilitar derechista cuyo fundador, Roberto D’Abuisson, fue el que dio las órdenes para matar al arzobispo Oscar Romero.
La derecha trató de ahuyentar al pueblo de votar por el FMLN usando una campaña de anticomunismo especialmente dirigida contra el ahora vicepresidente electo, Sánchez Cerén, que fue comandante guerrillero durante la guerra civil que terminó con un Acuerdo de Paz en el 1992. ARENA también pusieron carteleras con las imágenes de Funes, Fidel Castro y Hugo Chávez.
En las previas elecciones presidenciales, el gobierno de George W. Bush hizo campaña en contra del candidato del FMLN, Schafik Handal. Oficiales estadounidenses había dicho que si se elegía a Handal, el gobierno tendría que evaluar si los salvadoreños viviendo en EEUU se le iba a permitir enviar dinero a sus familiares en El Salvador.
Esta vez, el gobierno de Barack Obama declaró que EEUU aceptaría cualquier gobierno que el pueblo salvadoreño eligiera. Sin embargo, se publicó en un diario de El Salvador que un grupo de 40 congresistas del Partido Republicano estadounidense dijeron que si Funes gana puede ser que se deporten salvadoreños con visas TPS.
No obstante, hubieron irregularidades durante el proceso electoral. Como ejemplo, en San Luis La Herradura llegaron 200 nicaragüenses dizque para trabajar en la corta de caña de azúcar. Estos fueron hospedados en la propiedad de un terrateniente local. Según fuentes locales, dice la página cibernética de campaña de Funes, los nicaragüenses tenían documentos de identificación falsos. También se reportó el uso de guatemaltecos no ciudadanos para votar por ARENA con cédulas de salvadoreños viviendo en Estados Unidos y otros lugares.
Funes se reunió antes las elecciones con representantes de los observadores internacionales de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos para hablar de su preocupación con estas tácticas fraudulentas.
Otros observadores llegaron de otros países, incluso Estados Unidos, y de organizaciones solidarias con el movimiento progresista salvadoreño.
Cristina Pérez, profesora de sociología en la Universidad Dominica en Illinois, fue con un grupo de cinco profesores y 15 estudiantes como observadores. “En total el proceso fue muy pacífico y transparente. Hubieron intentos de fraude e irregularidades de parte de ARENA pero estos fracasaron”, ella dijo en una entrevista telefónica desde El Salvador.
“Estas elecciones tiene que ser una victoria tremenda para el pueblo salvadoreño y para el proceso democrático, especialmente en un país donde la transición pacífica del poder nunca ha pasado”, dijo.
Héctor Perla, profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad de California, recinto de Santa Cruz, también fue con un grupo de académicos para observar las elecciones.
Para Perla, cuyos padres nacieron en El Salvador, la victoria fue agridulce porque su padre había muerto antes de poder ver esta victoria popular. No obstante, la madre de Perla pudo llegar al país y votar por el FMLN.
“Ojala que con Funes y el FMLN, esta victoria por fin pueda romper con el tipo de arrogancia donde la oligarquía dominante mira a los pobres con desdén”, dijo Perla. “Este es el empezar de romper con esa cadena. Ahora la parte difícil empieza en como gobernar efectivamente para transformar la dirección política del país y dirigirse a las causas de la pobreza y desigualdad social”.
Funes, el primer presidente de izquierda en la historia de este país centroamericano, dijo en la noche de su victoria que esta fue “la lucha democrática por un nuevo El Salvador”. El presidente electo dijo que buscaba la unidad de todos los salvadoreños hacia hacer cambios en el país.
El nuevo mandatario dijo que quería “hacer un gobierno de unidad nacional, pero una unión basada en el cambio”. Para eso dijo que invitaba “a todos mis compatriotas, sin distinción de partidos, de género, de raza, credo o clase social. Quiero ser el líder de la paz, de la unión y del progreso. Quiero ser líder de la justicia social”.
Pepe Lozano, Arturo Cambrón y Rossana Cambrón contribuyeron a este artículo.
Internacional > FMLN gana presidencia de El Salvador