Cuando la gente piensan de la lucha por reforma de las leyes laborales que es prioridad para los sindicatos, piensan de gente cabildeando a los legisladores en el Congreso. Un día se puede ver en la oficina de un congresista a un grupo pro-trabajador visitarlos para abogar por la Ley de Libre Opción para Empleados y el día siguiente cabilderos de alto costo de las corporaciones visitar a los mismos legisladores para presionarlos que voten en contra de ese proyecto de ley que facilitaría que los trabajadores puedan formar sus propios sindicatos.
Los legisladores que creen que van a tener un descanso de gente cabildeando a favor de este proyecto mientras regresan a sus casas por dos semanas esta primavera pueden olvidarlo. Los trabajadores van a seguir visitando a sus oficinas en los distritos para seguir esta lucha.
Los miembros del Senado o la Cámara de Representantes que o están en contra del proyecto o indeciso van a recibir llamadas, cartas y volantes a favor de la ley. Los que sí apoyan al proyecto serán invitados a hablar en actividades públicas programadas a ponerles presión a los que todavía no apoyan la propuesta. En la próxima dos semanas habrán más de 300 eventos públicos de apoyo al proyecto, según la AFL-CIO.
Ha habido una gran cantidad de actividad sin precedencia por el proyecto.
En Valparaiso, Indiana, obreros de la Georgia-Pacific, compañía de papel, votaron a favor de ser representados por un sindicato hace dos años pero la compañía ha estado demorando llegar a un acuerdo laboral. La gerencia de la fábrica despidió a uno de los organizadores de la campaña pro sindicato. La semana pasada, trabajadores de todo el norte de Indiana mostraron su solidaridad con los obreros de Georgia-Pacific en una manifestación afuera de la planta.
Michael O’Brien, un organizador del sindicato siderúrgico que representa a los obreros de Valparaiso, dijo, “Esto enseña que mal está nuestro sistema de leyes laborales y cuanto necesitamos una nueva ley para cambiarlo”. Él agregó que no se debe permitir que los obreros organicen un sindicato y los patronos usar tácticas para demorar un convenio laboral.
Brian McIntosh, ex obrero de Georgia-Pacific, se unió a la manifestación y habló a los trabajadores. “No podemos parar”, él dijo, “Tenemos que seguir esta lucha. Puede que sea larga, puede que sea dura, pero ganaremos esta batalla. Ustedes necesitan comunicarse con sus congresistas. Ustedes tienen que decirles que necesitamos esta ley. No podemos continuar con prácticas antisindicales como estas. ¡Basta ya!”.
Más allá al norte, los congresistas retornando a sus casas en Wisconsin pueden esperar el mismo tipo de actividad. A solo días antes del receso del Congreso, el Concilio del Trabajo del Area de Milwaukee organizó un día de fanáticos del equipo de baloncesto Milwaukee Bucks que respaldan al proyecto de ley Libre Opción para Empleados. Los sindicalistas diseñaron una pancarta con firmas para llevársela al senador Herb Kohl, que todavía no ha firmado como proponente del proyecto.
La actividad que pasó la semana pasada en Fort Smith, Arkansas, es típica de las que van a ocurrir en las próximas dos semanas. Ricky Belk, secretario tesorero de la AFL-CIO del estado, fue uno de los que hicieron uso de la palabra en la actividad ahí sobre la economía. Él le dijo a los sindicalistas que estar afiliado con un sindicato significaba para él y su esposa que podía “soportar una familia y ser parte de la clase media”. El dominio de las corporaciones del sistema para conformar sindicatos, dijo, amenaza a ese derecho y la capacidad de los trabajadores poder ganar un salario justo y tener acceso a seguro médico y pensiones de jubilación.
Los congresistas notarán que no solo los sindicalistas estarán programando actividades en sus distritos electorales, sino que los aliados de los trabajadores también se estarán reuniendo con los pequeños comerciantes para que estos apoyen la legislación sindical.
Trabajador > Legisladores no se escapan de los trabajadores