Más y más muertes en Irak

Los eventos en Irak dieron una nueva vuelta mortífera cuando un helicóptero militar fue derribado en las cercanías de Bagdad el 2 de noviembre, matando a por lo menos 15 tropas norteamericanas y dejando heridos a casi dos docenas más. Los soldados iban en camino a casa, a sus dos semanas de descanso en EEUU.

“Lo único que puedo pensar es que andaban en camino a casa. Y por eso, la tragedia es mucho más grande,” dijo Larry Syverson, de Richmond, Virginia, quien tiene a dos hijos sirviendo en Irak. Enviamos a nuestros soldados a Irak “por razones completamente equivocadas”, dijo él a Nuestro Mundo. “Me hace pensar en Viet Nam”.

Entre los muertos se encontraba al sargento Ernest Bucklew, de 33 años de edad, quien estaba volviendo a casa para asistir a los funerales de su madre. “Dicen que hay razones para todo lo que pasa, pero en esto yo no encuentro razón”, dijo el tío de Bucklew, Jack Smith, de 75 años de edad, al diario USA Today. “Este país no debe andar fomentando guerras; debemos defendernos y a los demás. Yo creo que todos estos muchachos deben ser regresados a casa”.

El derribamiento del helicóptero fue seguido por ataques a diario de creciente envergadura utilizando cohetes y morteros, incluso un atentado contra la sede de la ocupación norteamericana en Bagdad. Solamente durante los primeros días de noviembre, han caído en Irak 23 norteamericanos.

El hijo de Syverson, Brandon, de 32 años de edad, había querido ser soldado desde que tuvo 17 años. Se metió inmediatamente después de la escuela superior. Recientemente, Brandon llamó desde Tikrit, diciendo a sus padres que iba renunciar al terminarse su término actual de servicio en septiembre. “En 2001, le calificaron como el mejor tirador de cañón de tanque de todo EEUU,” dijo su padre orgullosamente a Nuestro Mundo. “Nunca se queja. Es un soldado a todo dar. Para él, su decisión de renunciar nos quiere decir muchísimo.” Dijo Syverson que a su hijo, durante sus primeros dos meses en Irak, la gente le dieron una acogida calurosa, hasta ofreciéndole comida. Pero, ya para agosto, los niños le estaban tirando piedras. Ahora, si en cualquier momento alguien se acerca, los soldados tienen sus ordenes de “tirar primero, hacer preguntas después”, dijo.

Su hijo, Bryce, de 25 años de edad, infante de primera línea de fuego, reclutado inmediatamente después de la escuela superior, ya dice que va a salir en cuanto se le acabe su período de servicio en 2005.

Jari Sheese, de Indianapolis, Indiana, dijo que la moral está “bajísima como nunca antes” en la unidad de reservas de su esposo, actualmente apostada cerca de Fallujah. Él se metió a las reservas en noviembre después de 29 años de servicio militar a tiempo completo y parcial — con un año más, se le garantizaría su pensión militar. Y luego, en abril fue mandado a Irak. Iba a servir 179 días, pero ya se le ha dicho “informalmente” que tendrá que estar allí durante seis meses adicionales, y esto puede ser extendido aún más. Al comienzo, él creyó en las razones dadas por la administración para justificar la guerra, “pero ninguna de estas se ha hecho realidad”, dijo ella. El Pentágono está agarrando a gente como al maestro de inglés de escuela superior, y al vendedor de coches usados que sirven en la unidad de su esposo, y “dejándoles caer en medio de Irak” con un aviso anticipado de dos días, sin ningún entendimiento de la cultura ni de la religión del pueblo iraquí. La unidad de su esposo ha perdido “unos muchachos por crisis mentales — fueron sacados en camilla”, dijo Sheese a Nuestro Mundo. “Es todo una pesadilla.”

El Pentágono ha prohibido fotos del descargue de ataúdes en bases aéreas norteamericanas. Pero, los nombres y las caras de los caídos que aparecen en las pantallas de la televisión han tenido un impacto muy profundo, dice Marti Hiken, co-dirigente del Grupo de Trabajo sobre Ley Militar del Gremio Nacional de Abogados. Hay cientos, si no miles, que buscan salir de las fuerzas armadas, declaró Hiken a Nuestro Mundo. Dijo que la Línea Directa “Derechos del Soldado,” apoyada por su grupo, ya está recibiendo 3.500 llamadas al mes, “en su mayoridad, casos de soldados ausentes sin permiso, muchos del Ejército, pero me sorprende el número de llamadas de los Marines.” Las llamadas a la Línea Directa se “doblan y redoblan” día tras día, dice Brian Cross, del Comité Central de Objetores de Conciencia, uno de los grupos que maneja la línea.

Robert Dove, del American Friends Service Committee, quien trabaja con la Línea Directa de Nueva Inglaterra, notó un creciente número de llamadas por parte de elementos de la Guardia Nacional. Muchas veces se encuentran cerca del fin de sus períodos de servicio, y de repente están desplegados a Irak, dijo a Nuestro Mundo. Se metieron en la esperanza de servir durante períodos cortos, como es ayudar con inundaciones e incendios, haciendo algo útil. Ahora pueden estar en Irak durante un año. “Sus familias no están preparadas, ni financialmente ni emocionalmente, para enfrentar esto”, dijo.

Steve Woolford, de la Casa Quaker de Fayetteville, Carolina del Norte, trabaja con la Línea Directa, y recibe llamadas de reclutas bajo entrenamiento, tropas en el extranjero, y miembros de familias. Muchos se encuentran “desesperados por encontrar alguna manera de salir,” dijo a Nuestro Mundo.

Mientras tanto, los reclutadores no cumplen con sus metas, dijo Hiken, del Grupo De Trabajo sobre Ley Militar. “Bush sí tiene un problema en eso,” dijo.

Se puede comunicar con la autora al suewebb@pww.org.

El número de teléfono de La Línea Directa

“Derechos del Soldado” es (800) 394-9544.