Muertes y enfrentamientos en Irak

Una serie de acciones por las fuerzas estadounidense de ocupación motivó una rebelión armada a través de toda Irak la semana pasada a costo de docenas de vidas norteamericanas. El número de muertos estadounidense llegó a más de 600. Más de 100 vidas iraquíes también fueron perdidas. Cientos fueron heridos. Las pérdidas incluye varios de otros países que están en “coalición” con Estados Unidos.

En tres días, 15 Infantes de Marina murieron y dos docenas fueron heridos, junto con muchos iraquíes, en Faluya y Ramadi, áreas de mayoría sunita En un incidente EEUU soltó bombas de 500 libras contra una mezquita en Faluya, matando hasta 40 personas.

Mientras tanto, una serie de rebeliones armadas tomaron lugar en Bagdad y en ciudades de mayoría chiíta al sur.

Esto marca una nueva etapa en la crisis iraquí, visto que las fuerzas estadounidense de ocupación veían a las regiones chiítas como áreas que pacíficamente toleran la presencia militar norteamericana. Los chiítas constituyen el 60 por ciento de la población de Irak y fueron oprimido durante el régimen de Saddam Hussein.

Dos acciones tomada por las fuerzas de ocupación estadounidense provocó una respuesta nueva de coraje e ira. La semana pasada L. Paul Bremer, jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición, ordenó un cierre de 60 días contra un periódico publicado por un grupo fundamentalista chiíta dirigido por Moktada al-Sadr.

Los ataques contra al-Sadr, que encuentra respaldo entre los chiítas jóvenes y emprobecido, hizo salir a miles de iraquíes armados a las calles de Bagdad y otras ciudades en protesta.

Las fuerzas de EEUU respondieron con una fuerza militar masiva, enviando tanques y vehículos de combate a Ciudad Sadr, una población pobre de Bagdad que tiene dos millones de gente. La pelea dejó a ocho norteamericanos y varias docenas de iraquíes muertos.

El próximo día los oficiales de la ocupación norteamericana anuncian una orden de búsqueda y arresto contra al-Sadr por el asesinato de un clero musulmán moderado el año pasado. Ellos no explicaron porqué decidieron anunciar la orden ahora. En los días que siguen rebeliones armadas toman lugar a través de todo el país con muertes cada día.

Juan Cole, un profesor de historia y religión del Medio Oriente en la Universidad de Michigan, que sigue los acontecimientos en Irak estrechamente, comenta que, mientras “hay poca duda que pueden ganar en el sentido militar ... está claro que las muchedumbres urbanas están apoyando la rebelión”.

Salam Alí, portavoz del Partido Comunista Iraquí (PCI), le dijo a Nuestro Mundo que al-Sadr tiene mucho respaldo en Ciudad Sadr, nombrado en honor al padre de al-Sadr, un clero prestigioso que fue asesinado por orden de Saddam Hussein.

A mitad de marzo, los Infantes de Marina lanzaron una ofensiva en el tal llamado “Triángulo Sunita”, moviendo tropas a los centros poblados, incluyendo a mercenarios contratados por el Pentágono. Los Infantes de Marina fueron enviado ahí para reemplazar una división del Ejército, que fue situada en las afueras de Faluya y otros pueblos.

El general mayor James Mattis, comandante de la Infantería de Marina ahí, declaró que los que querían pelear se iban a arrepentir. Agregando que los iban a tratar fuertemente.

Residentes de Faluya amargamente le enseñaron al reportero del diario británico Guardian, Jonathan Steele, los hogares que fueron saqueados y ensuciados por los Infantes de Marina en las redadas diarias y de noche. “EEUU está apoyando a la resistencia indirectamente haciendo blancos de gente inocente”, dijo Shaban Rajab, un chofer de taxi.

Entonces, el 31 de marzo, cuatro hombres de una fuerza privada de “seguridad” estadounidense fueron atacados en una redada en Faluya, sus cadáveres mutilados, quemados y colgados de un puente. Estas acciones horripilante fueron denunciadas por iraquíes de todas las religiones y tendencias políticas.

Los militares estadounidenses respondieron enviando tanques y vehículos armados, con aviones de guerra en el aire. En solo un día de la ofensiva, según los médicos, 36 iraquíes fueron matado y docenas heridos, incluyendo mujeres y niños. Cuatro casas fueron destruidas por los ataques aéreos.

Salam Alí del PCI describió a la respuesta estadounidense como un “castigo colectivo”. Tácticas similares, prohibidas por la ley internacional, fueron usadas por el ejército israelita para reprimir a la resistencia palestina contra esa ocupación. Alí dijo que la campaña norteamericana para ganarse “los corazones y mentes de los iraquíes ha sido un fallo miserable”.

El periodista independiente David Enders, que regresó de Irak en enero después de varios meses ahí, notó “un nivel más alto de desesperación” entre el pueblo iraquí, especialmente los pobres y los desposeídos. La economía no ha mejorado, y, para los que los tenían, los ahorros se le están acabando, él le dijo a Nuestro Mundo. Saddam Hussein otorgó varios meses de cupones de raciones por adelantado, él notó. Ahora no hay cupones y la inflación va por las nubes. “La gente se está rindiendo, están cansados”, dijo Enders.

Stephen Zunes, profesor de ciencia política de la Universidad de San Francisco que se enfoca en el Medio Oriente, le dijo a Nuestro Mundo, “Yo diría que la milicia de Sadr puede hacer varias cosas para hacer las cosas incómoda” para EEUU. Pero si la crisis sigue, piensa Zunes, el clero chiíta moderado puede que llamen por un movimiento masivo de no cooperación contra la ocupación, similar al movimiento que derrocó al sha de Irán. Ese es el reto más grande para la ocupación de EEUU, él dijo.

Se puede comunicar con la autora al suewebb@pww.org.