Notas de las márgenes

Pretoria, Sudáfrica - La última partida de la Copa Mundial 2010 se celebrará este domingo 11 de julio entre España y Holanda. La nación y el pueblo de Sudáfrica han sido anfitriones graciosos a más de medio millón de aficionados de todo el mundo que han venido a ver los juegos celebrados en África por primera vez.

Mientras los equipos entren al campo de juego los holandeses serán vitoreados y animados a vencer por alrededor de 75.000 aficionados gritando y tocando sus vuvuzelas, la mayoría de las 85.000 personas en el estadio. Por lo menos una tribu de sudafricanos, los Afrikáner, son sus descendientes directos. De una manera, estar entre los sudafricanos morenos apoyando a la selección holandesa es algo súper extraño porque la mayoría de los sudafricanos morenos pueden recordar una época cuando no vitoreaban a sus conciudadanos blancos en nada salvo entregar su poder político y abandonar el país.

Curiosamente, ahora nos enfrentamos a una paradoja de proporciones inmensas porque hay muy pocos sudafricanos, sea lo que sea su raza, que argumentarían que los Afrikáner no pertenecen a Sudáfrica. Para esos descendientes sudafricanos de los holandeses, Sudáfrica es la única patria que conocen, y aunque instalaron apartheid, cuando eso llegó a su fin ellos se quedaban en la tierra que han llegado amar en esos trescientos años mientras la nación hizo su transición a un estado democrático en desarrollo, con todo y sus manchas.

A diferencia de lo resto del continente, la lucha sudafricana de liberación no destruyó la infraestructura del país. Sin embargo, con promover conflictos regionales, el antiguo estado apartheid llevó acabo guerras de tercera parte apoyado por los poderes occidentales capitalistas encabezado por EEUU. Angola, Mozambique y Namibia fueron los escenarios de guerras horrorosas con intervención directa sudafricana durante décadas, y solo ahora se están reponiendo. La República Democrática del Congo (RDC) sirvió como anfitriona al Che Guevara como guerrillero revolucionario luchando al lado del ejército de liberación durante un tiempo en la primera mitad de los años '60, luego del derrocamiento del gobierno legítimo de Patrice Lumumba, en parte por la CIA con ayuda del régimen racista sudafricano, y fue impuesto al pueblo congolés el régimen dictatorial de Mobuto Sese Seko. La RDC todavía no ha recobrado de la intervención del régimen apartheid en sus asuntos internos, y durará décadas antes de encontrar la clase de paz, desarrollo y seguridad de que goza Sudáfrica.

Antes de unirse al Congreso Nacional Africano en exilio, los amigos con quienes me estoy quedando en Sudáfrica militaban en el Movimiento de Conciencia Negra, y juntos con cientos de miles de otros, conformaban una parte íntegra del levantamiento juvenil de SOWETO de 1976. Una de las mayores cuestiones que motivaba a la juventud revolucionaria fue el intento por parte del régimen de apartheid a hacer obligatorio el estudio del antiguo idioma holandés para todo sudafricano. Ahora en Sudáfrica tenemos doce idiomas oficiales, así que nadie se ve obligado a aprender un idioma que no quiere, pero millones de sudafricanos morenos hablan afrikaans todos los días y decenas de miles están tratando de aprenderlo en escuelas por todo el país.

Uno de mis amigos es director de la Universidad de Pretoria, ex bastión del poder Afrikáner en donde el antiguo holandés, Afrikaans, se usa como idioma de instrucción. Sin embargo, mientras que pasa una proporción desproporcionada de su tiempo hablando afrikaans en medio de intelectuales blancos afrikáner, él notaba una vez que "Nunca he conocido a ningún afrikáner que admitió abiertamente que apoyaba apartheid. Pero beneficiaban todos de él. Tuvimos un país en donde toda la infraestructura fue creada a beneficio de una pequeña minoría racial. Los caminos, las escuelas, el sistema hidráulico, la red de electricidad y los servicios de cuidado de salud fueron estructurados con la idea de ser utilizados por el 30 por ciento de la población que eran blancos. Así es que luego de celebrarse elecciones democráticas, se tuvo que mejorar toda la infraestructura social para ser utilizada por toda la gente del país".

Estos días el costo para expander la infraestructura de un país del tamaño de Sudáfrica resulta astronómico. Nada más para servir como anfitrión para los juegos de la Copa Mundial costó a Sudáfrica cuatro mil millones de dólares estadounidenses. Pero lo positivo de los juegos de la Copa Mundial 2010 es el avance de la mayoría de los sudafricanos. Para el turismo hacía falta un sistema de caminos a nivel mundial, así que fue mejorado para satisfacer sus necesidades. Los visitantes necesitaban agua, luz y otros servicios por todas partes del país, así que hasta el sudafricano más pobre ya tiene acceso a esos servicios a precios relativamente alcanzables. Los que más han beneficiado de estos juegos son la gente relacionada con el sector del turismo, que ha creado miles de trabajos. De igual importancia, los que trabajan en el turismo y el entretenimiento han ganado un nuevo sentido de confianza de que puedan comunicarse efectivamente, entregar bienes y servicios y ganar un sueldo muy digno por hacerlo. Habrán miles y miles de empresarios que encontrarán sus lugares desarrollados por estos juegos, y esto en si es una gran bendición moviendo adelante.

Y ¿el juego? Ah, sí, el juego final de la Copa Mundial 2010. Aunque yo apoyaba a Holanda contra Uruguay, eso fue solo como resultado de mi convicción de que el juego ilegal no debe premiarse con la victoria. Como fue mostrado por los resultados, "lo mal ganado mal se gasta," y Uruguay salió vencido. Ahora con todas las selecciones africanas y latinoamericanas fuera del torneo, y Europa a las puertas de la victoria, estoy escogiendo a España para llevar la Copa a casa. Dudo que hay alguien en este mundo que puede impedirle a David Villa marcar un gol ahora, y los Holandeses no tienen una fuerza tiradora equivalente a su disposición.

Además, jugando el tipo de fútbol inspirado por Barcelona, con la selección española, su juego posee una clase de belleza tan suave y fluida que uno solo la puede amar y querer que todos los demás la pudieran emular en los campos de juego alrededor del mundo.

Voy a pronosticar un resultado de 3 a 1 a favor de la selección española. Sin embargo, los 75.000 aficionados en el estado que van a vitorear a los holandeses representan una clara ventaja que quizás pueda cambiar la historia y conducir Holanda a la victoria. Hemos visto unos momentos extraordinarios de fútbol jugado en una nación maravillosa, así que para mí el ganador de la Copa es casi secundario al hecho de que fue celebrada en África del Sur y de que toda la gente de este gran país ha ganado algo. ¡Viva España! ¡Viva Holanda! ¡Viva la Copa Mundial! ¡Viva la vida!