Imagínese Ud. separado de sus hijos algún día. Quedan encerrados Ud. y su pareja en un centro de detención a cientos de kilómetros de distancia sin ningún derecho a ver a sus hijos durante meses, y a veces por años, y con la posibilidad real de nunca verlos jamás.
Estas historias angustiosas se revelan en un nuevo informe del Applied Research Center ("Centro de Investigaciones Aplicadas") titulado "Shattered Families: The Perilous Intersection of Immigration Enforcement and the Child Welfare System" ("Familias Despedazadas: La Intersección peligrosa de la aplicación de Control de Inmigración y el Sistema de Bienestar de los Niños").
Los párrafos iniciales del resumen ejecutivo del informe recuentan una historia penosa.
"El bebé de Josephina tenía solamente nueve meses de edad y los hijos de Clara tenían un año y seis años respectivamente cuando fueron puestos en casas cunas con desconocidos. Clara y Josephina, hermanas treintañeras que vivían juntas en un pequeño pueblo de Nuevo México, no habían hecho nada que dañar a sus hijos o para provocar la atención del departamento de bienestar de los niños."
En el verano del año 2010 llegaron agentes federales de inmigración a la puerta de su casa móvil, habiendo recibido un aviso que las hermanas, que carecían de documentos de inmigración, tenían drogas en su hogar. Aunque los agentes de ICE no encontraban nada que las acriminaría, y aunque las mujeres no tenían antecedentes delictivos, los oficiales llamaron al departamento de bienestar de niños para que el departamento tomara posesión a los niños. Fueron detenidas las dos madres a base de su estatus migratorio.
Sigue el informe: "Durante los cuatro meses en los cuales las detenían ICE, no tenían Josephina y Clara ninguna idea del paradero de sus hijos. En diciembre las hermanas fueron deportadas y sus hijos se quedaban en acogimiento familiar ["foster care"].
Hablando por teléfono desde México un año después de ser deportada, dijo Josephina: "No tengo contacto con mi bebé No hice nada mal para que me hubiesen quitado a mis hijos".
Con la ayuda del consulado mexicano en Nuevo México y luego de de 14 meses apartes Josephina y Clara y sus hijos por fin volvieron a verse reunidos este septiembre.
Pero otros no tendrían ni esa suerte.
"El control de inmigración aumenta la posibilidad de que las familias nunca jamás se vean de nuevo, dijo Rinku Sen, presidente del ARC, en un informe. "El detener y el deportar a padres de familia despedaza a las familias y pone a los niños que se quedan en peligro. Es inaceptable, antipatriótico y una señal muy clara de que tenemos que revisar nuestros principios acerca de la inmigración".
Seth Freed Wessler, autor del informe e investigador principal, nota que miles de familias están siendo olvidadas en el proceso decisorio acerca del cargo y la custodia de sus hijos. Dice que por consiguiente es más probable que los hijos de los padres detenidos y deportados permanezcan en acogimiento familiar ["foster care"] antes que con su propia familia.
Añade Wessler que hay más de 5.000 niños actualmente viviendo en acogimiento familiar porque sus padres han sido o detenidos o deportados. Sus familias afrontan barreras formidables a la reunificación y en muchos casos saldrán separadas para siempre. Si permanecen iguales los números basados en los resultados del informe, se proyecta que a lo menos 15.000 más niños afrontarían amenazas semejantes a la reunificación familiar en los próximos cinco años.
En el año fiscal 2011 fueron deportados de EEUU casi 400.000 personas, un número récord, y fue detenida una cantidad similar de personas por supuestos delitos migratorios. En los primeros seis meses del año 2011 expulsó el gobierno de Obama a más de 46.000 madres y padres de niños menores ciudadanos de EEUU.
Dice Wessler que está claro que en el sistema de bienestar de los niños faltan principios prudentes que aseguren la reunificación a padres de familia con sus hijos. Es muy grande el trauma que sufren estas familias, dice, añadiendo que todos están de acuerdo en que los hijos están mejor cuando estén con sus propias familias.
Un problema principal es que cuando a los padres de familia se les detienen en centros de detención a cientos de kilómetros de sus hijos, están físicamente ausentes para el proceso legal. En muchos casos ya que los padres están ausentes durante los procesos judiciales, pierden estos sus derechos legales como padres y madres y sus hijos se echan al sistema de "foster care" (acogimiento familiar).
El sistema de bienestar de los niños va adelante sin los padres particularmente porque no cooperan los centros de detención. Además los abogados de los padres se quejan de que tienen poca información acerca del lugar de detención de sus clientes, los padres de familia.
Dice Wessler que es una "propensión sistémica" y que en los departamentos de bienestar de los niños faltan políticas proactivas para reunificar a los niños con sus padres detenidos y deportados.
"Estas políticas de detención tienen que cambiarse y necesitamos alternativas basadas en las comunidades para que las familias puedan quedarse unidas," dijo.
Programas controvertidos como Secure Communities ("Comunidades Seguras") y 287(g), los cuales son políticas antiinmigrantes ejecutados por el estado y la policía local, tienen que suspenderse, dice Wessler. Los estados, condados y municipios que los hacen cumplir componen una de las causas principales de familias separadas y de que se ponen los hijos en el sistema de acogimiento familiar, dijo.
"Que sufran las familias situaciones penosas en las cuales es posible que los padres resulten separados de sus hijos para siempre es un resultado horrible y inaceptable," dijo Wessler. "Y mientras luchamos para decidir las políticas migratorias que necesitamos, es importante que entendamos a fondo las repercusiones irreparables que suceden por causa del sistema actual fracasado. Mientras la ejecución de las políticas migratorias se extienda de una parte del país a otra y se deporten a más padres de niños ciudadanos de EEUU solo pueden crecer los efectos colaterales. Debemos saber qué significa esto para nuestras comunidades y esperamos que con este informe podamos motivar a la gente a pensar diferentemente".
Foto: Pepe Lozano/People's World