Puertorriqueños en EEUU: Cambios y retos

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Hace poco, tomaba la palabra en el Congreso federal norteamericano el representante Luis Gutiérrez, demócrata por Illinois para criticar al gobernador puertorriqueño Luis Fortuno, por su manejo de la huelga estudiantil en la Universidad de Puerto Rico (UPR). Se dirigía Gutiérrez a las protestas que todavía siguen en contra de una nueva cuota de $800 que impactará muy duro a los estudiantes de la UPR, dado que un 60 por ciento de ellos proviene de familias con ingresos anuales de $20.000 o menos.

Pedro Pierluisi, el congresista sin derecho a votar que representa a Puerto Rico en la cámara baja del Congreso norteamericano (su título oficial es el de Comisionado Residente en Washington, D.C.) calificaba las declaraciones de Gutiérrez como "indebidas y insultantes al pueblo de Puerto Rico," añadiendo que "soy yo el único congresista que representa a Puerto Rico".

Pero no es tan sencillo.

Los puertorriqueños que viven en EEUU tienen lazos muy fuertes con la isla, y visa versa. Muchos pasan muchos años viviendo en "el norte" y luego se retiran a Puerto Rico. Hay otros que visitan regularmente, y aun otros que se cambian de un lado a otro a distintos puntos de su vida para estar con familiares.

Y aunque existan estos lazos y, por supuesto, lo mucho que comparten en común todos los puertorriqueños, también hay diferencias y divisiones tanto en el seno de la sociedad puertorriqueña que entre la comunidad puertorriqueña en EEUU a un lado y los que viven en la isla al otro.

Un artículo reciente escrito por Ángelo Falcón, presidente del Instituto Nacional por Política Latina, titulado "Desafíos que enfrentan a Puertorriqueños en EEUU en el siglo XXI," revela nuevos aspectos y problemas persistentes.

El reto más grande es que los puertorriqueños residentes en EEUU ya se suman a 4,2 millones, comparado a 3,5 millones en Puerto Rico, la primera vez desde 1910 que la población puertorriqueña ha declinado mientras que la población boricua en EEUU esté en aumentado, "reflejando una emigración de Puerto Rico quizás de igual tamaño que la de los años 1940".

Pero, ¿cuáles son algunas de las ramificaciones políticas de este proceso?

Dice Falcón que como resultado de este cambio, "surgen unas cuestiones muy interesantes sobre la relación entre las dos comunidades".

Hay también tres congresistas veteranos puertorriqueños que representan a áreas con grandes comunidades puertorriqueñas y latinas: Nydia Velásquez y José Serrano, de Nueva York, y Luis Gutiérrez, de Chicago, todos demócratas. (Este otoño pasado en Idaho también fue elegido al Congreso al republicano ultraderechista Raúl Labrador, también puertorriqueño.)

Según Falcón, estos legisladores boricuas residentes en EEUU "han venido al rescate de Puerto Rico una y otra vez cuando el gobierno federal de EEUU haya tratado mal a los ciudadanos estadounidenses en Puerto Rico en términos de presupuestos y en otros asuntos políticos". Sigue Falcón, "A la otra mano, Puerto Rico no ha ofrecido el apoyo al desarrollo de la comunidad puertorriqueña en EEUU que debía que haber ofrecido".

Obviamente, algo de eso se debe a la base que hace elegir a estos congresistas federales en EEUU: comunidades pobres, de clase trabajadora, casi todos demócratas. En contraste, la estructura del poder en Puerto Rico está en juego y incluye a Republicanos (o a sus equivalentes), e intereses corporativas.

Subraya Falcón los "comentarios en Washington, D.C., de que las intereses corporativas y políticas isleñas han... desplazado a la misión central de la única organización puertorriqueña pro derechos civiles en EEUU en Washington, D.C., la Coalición Nacional Puertorriqueña, transformándola hasta cierto punto en empresa de cabildeo a favor de esas intereses".

Nota Falcón que "la realidad puertorriqueña en EEUU ha vuelto más complejo que nunca," y describe cambios demográficos que puedan traer consecuencias políticas. "Aunque en algún momento Nueva York fue domicilio para el 80 de los puertorriqueños residentes en EEUU, ahora menos que el 25 por ciento de ellos siguen siendo neoyorquinos, aunque siga gozando la 'Gran Manzana' de su mayor concentración, con casi 800.000 puertorriqueños".

Mientras tanto, continua, "La gran historia... es la del 'Fenómeno Florida".  Florida [ya] tiene la segunda mayor concentración de puertorriqueños de todos los estados, con 728.637 en 2009 (el 4 por ciento de la población total del estado)".

Nota el artículo la creciente disparidad económica en la población puertorriqueña, que "ha vuelto más y más diversa [con] el desarrollo gradual de una polarización geográfica económica, con zonas de más pobreza en las áreas tradicionalmente puertorriqueñas del noreste y medio occidente del país, y de más prosperidad en sus áreas más nuevas del sur y del oeste".

Finalmente, examina el artículo relaciones entre la población puertorriqueña y la gran comunidad latina en EEUU, notando el "reto de lo que parece ser una creciente invisibilidad de cuestiones  que corresponden específicamente a los puertorriqueños en EEUU". 

Sigue escribiendo, "Las cuestiones que afectan a la comunidad puertorriqueña no corresponden necesariamente a las cuestiones que enfrenta la comunidad global latina, donde tienen primer lugar en la agenda los derechos migratorios," aunque "los puertorriqueños hayan jugado y siguen jugando un papel destacado en la lucha por la protección a los derechos de los inmigrantes," a pesar del hecho de que fueron transformados los puertorriqueños en ciudadanos estadounidenses en 1917. 

Para la comunidad puertorriqueña en EEUU las cuestiones más candentes ya son las de trabajos, vivienda, y educación. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York tiene la juventud boricua el índice más elevado de abandono escolar y comparte con los jóvenes masculinos afronorteamericanos las tazas más elevadas de desempleo.

El texto del artículo de Falcón está disponible a: http://www.pontealdia.com/columnists/challenges-facing-stateside-puerto-ricans-in-the-21st-century.html

Foto: Desfile Puertorriqueño en Nueva York, 2008. Oquendo CC 2.0