Sigue la lucha por la reforma laboral

A solos días después que el diario The New York Times y otros medios reportaron que un grupo de senadores estaban enmendando el proyecto de ley Libre Opción para Empleados, quitando la parte que permite que una mayoría de trabajadores puedan decidir ser representados por un sindicato al firmar tarjetas afiliándose a la unión laboral, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU por sus siglas en inglés) hizo una petición cibernética exigiendo un voto de sí o no sobre esta propuesta, sea como parte de la ley o no.

Andy Stern, presidente del SEIU, dijo que son los trabajadores que deben decidir si unirse a un sindicato o no, que no es decisión de sus jefes. “Como dijimos desde el empezar, firmas de la mayoría es la mejor forma para que los trabajadores tengan el derecho de escoger tener una voz en su sitio de empleo”.

Cuando salieron estos artículos, un vocero de la oficina del senador Tom Harkin, demócrata por Iowa que está dirigiendo el proyecto por el Senado, dijo que no había ningún acuerdo de enmendar esa parte del proyecto. John Sweeney, presidente de la federación sindical AFL-CIO, tildó el artículo de especulación. “Este año se firmará una ley que le da a los trabajadores – y no a sus jefes – el derecho de cómo formar un sindicato”, él declaró.

Stern apuntó a que, “La Ley de Libre Opción para Empleados va por el proceso normal legislativo y esperamos ver firma de mayoría en la versión final o por enmiendas en ambas cámaras del Congreso”.

Lo que en realidad pasó y fue mal reportado que no habrá firma de mayoría fue solo un “compromiso” que algunos estaban discutiendo. Todas las sugerencias fueron consideradas por el senador Harkin, dijo él, para poder tener los 60 votos necesarios para que los republicanos no puedan obstaculizar el proceso con tácticas parlamentarias.

Ninguno de los reportes en los medios habló de que cuando pasó la primera ley dándoles derechos a los trabajadores organizar su sindicatos esta era la manera en que se hacía con la Ley Wagner que se promulgó durante la Gran Depresión de los 1930s. Solo fue después de la Segunda Guerra Mundial con las enmiendas conocidas como Taft-Hartley que permitió a las “compañías” tomar la decisión de requerir un voto de los trabajadores.

En realidad, no hubiera necesidad de ni hablar de ninguna enmienda y compromiso si no fuera por varios demócratas conservadores que dicen apoyar la reforma de ley laboral pero que quieren preservar en el proceso el voto de los trabajadores como la forma de decidir.

Algunas otras propuestas también se han hecho. Una de estas es que sean los trabajadores que se lleven las tarjetas a sus casas para firmarlas o no y después enviarlas directamente a la oficina local de la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo.

Los senadores Mark Pryor de Arkansas y Arlen Specter de Pensilvana están entre los senadores que los sindicatos están presionando para que lo piensen. Una fuente de Nuestro Mundo dijo, “El pensar es que si Pryor lo acepta, también lo aceptará Blanche Lincoln [la otra senadora por Arkansas] y también los que están indeciso”.

Hay reportes de que entre las revisiones que algunos quieren hacer están las siguientes:





• Después de que 30 por ciento de los trabajadores firmen tarjetas autorizando al sindicato representarlos, se tendrá que hace una elección sindical.

• Otra que se prohibirá que la compañía haga reuniones obligatorias para los trabajadores oír propaganda contra los sindicatos.

• Una que permite a los organizadores sindicales entrar al sitio de trabajo para hablar con los trabajadores sobre el sindicalismo.





Ninguno de los reportes ni en The New York Times ni los otros medios han ni mencionado que Harkin dijo que él no aceptaría ninguna medida que no incluya estos tres conceptos básicos – los trabajadores tendrán el derecho de tomar su decisión sin presión, multas más caras para las compañías que violen la ley laboral, y que los sindicatos puedan llevar a los patronos a un proceso de arbitraje si tratan de demorar llegar a un acuerdo.

Tampoco reportaron que, de acuerdo al senador Harkin, en caso de que exista una movida para sacar del proyecto las secciones básicas, el jefe de la mayoría en el Senado, Harry Reid, acordó llevar la medida original al plenario para que los senadores voten sí o no para que “todo el mundo pueda ver donde está cada senador”. Esta amenaza les puede costar a los senadores opuestos a la medida el apoyo electoral y financiero del sector obrero del país.

El grupo pro patrón, Workforce Fairness Institute, continúa publicando comunicados de prensa diciendo que hasta un proyecto que no tenga una sección de firmas mayoritarias no es aceptable. “Lo vemos como un acto hostil que árbitros le digan a los negocios que tienen que hacer”, dice un comunicado.

“Firmas mayoritarias está basado en una idea simple”, dijo Stern. “Si la mayoría de los trabajadores dicen que quieren una unión laboral, entonces deben tener su sindicato. Esta es la mejor manera para que los trabajadores tengan una decisión completa y libre sobre unirse a un sindicato sin entrometimiento ni acoso”.