Al enterarse de la muerte de Mercedes Sosa, el 4 de octubre, este escritor no pudo sino que oír su dulce voz cantando varias canciones ese día, sea "Años" con palabras proféticas para todo ser humano, "Los años pasan, nos estamos poniendo viejos" o "Gracia a la Vida" de la chilena Violeta Parra o "Solo le pido a Dios" de León Gieco.
Las canciones que cantaba ella estaban llenas de contenido humano, de una búsqueda para una mancomunidad de justicia y paz, y contra un mundo de avaricia, egoismo y violencia.
Haydeé Mercedes Sosa nació en 1935 en San Miguel de Tucumán en el noroeste de Argentina a una familia pobre, mixta de raíces europeas y diaguita, pueblo indígena.
Su carrera musical empezó a los 15 años de edad cuando en el 1950 participó en un certamen de talento en una estación de radio. Bajo el nombre de Carmen Osorio ganó el premio mayor, que era un contrato para estar en la radio por dos meses. De ahí en adelante, el nombre de Mercedes Sosa se convirtió en sinónimo de la música "folclorista" y de los humildes de no solo Argentina, sino de toda Nuestra América.
Esto no fue automático. Sosa se unió a ese nuevo movimiento cultural del pueblo - el movimiento de La Nueva Canción - que empezó en Argentina y se fue estableciendo a través de toda Latino América.
La Nueva Canción como fenómeno cultural y político buscaba romper con la música comercial e importada usando la música tradicional de los países latinoamericanos y proyectar, aunque no con exclusividad, un mensaje de contenido popular, por la justicia social, la paz y el progreso. Pero la Nueva Canción fue más allá de los países latinoamericanos. También surgió en Cataluña, las Islas Canarias y en los barrios latinoamericanos de Estados Unidos.
A través de su vida, Sosa grabó 40 discos, viajó por las Américas, Europa y los países socialistas con su música.
A pesar del gran aclamo por sus voz y canciones, lo que decían las canciones con su reclamos a la justicia social, no siempre le gustaban a las autoridades. Después del golpe militar de Jorge Videla en el 1976, Argentina vivió un periodo de opresión y represión contra los partidos de izquierda, sindicalistas y otras fuerzas populares. Pero, Mercedes Sosa siguió cantando.
Sin embargo, el hostigamiento y censura del cual fue víctima seguía empeorando. En el 1979, en un concierto en la ciudad de La Plata, ella fue detenida, igualmente a todos los que fueron a escucharla cantar.
Ese mismo año, Sosa se autoexilia en París y el año próximo se traslada a Madrid. Sosa siguió cantando con un mensaje humanitario, por la paz y a favor de los derechos humanos por el mundo.
En el 1982, a unos meses antes de caer la junta militar, ella vuelve a Argentina y da varios conciertos. Para ese año la dictadura ya estaba debilitada debido a su guerra infructuosa para tomar las Malvinas de los británicos.
En el 2000, 2003 y 2006 es ganadora de el premio Grammy Latino. También gana otros premios musicales a nivel internacional. Actualmente, fue nominada por otro Grammy Latino que todavía no se han otorgado.
Después de morir, Sosa fue velada en el Congreso Nacional. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó tres días de luto nacional.
Se nos fue La Negra, como era conocida con cariño, pero su voz clara y combatiente se escuchará en las grabaciones que hizo a través de sus 74 años. Esas canciones sirven para adelantar las luchas para una nueva América.
Foto: Prensa Asociada
