Defendiendo la democracia

Opinión

La derecha ha estado atacando a Van Jones que fue asesor especial sobre "trabajos verdes" en la administración del presidente Barack Obama. Esos ataques lo presionaron a renunciar su puesto a solo meses después de ocuparlo.

Muchos salieron antes y otros después de su renuncia para defenderlo contra las calumnias y mentiras de la derecha. Desafortunadamente, algunas de esas defensas no son defensa de la democracia y, al contrario, hacen el mismo juego de la derecha.

Dejando al lado las mentiras de que Jones es un criminal entre otras, tenemos que hacernos una pregunta ¿de qué  lo está acusando la derecha?

Los partidarios de la derecha critican a Jones por varias cosas: usar un tema vulgar en contra de los republicanos y su política antipopular de derecha, firmar una petición exigiendo que se investigue si la administración Bush sabía del atentado del 11 de septiembre y no hicieron nada, haber estado activo en un grupúsculo marxista, entre otras acusaciones.

Aunque coincido con el locutor Keith Olbermann que dijo en su programa en la MSNBC cuando dijo "¿Y qué? ¿Niegan esto? ¿Cómo?" de la vulgaridad contra los derechistas y no coincido con la petición que firmó Jones por ser cosa ridícula, no voy a hablar de esto aunque ambas sean cuestiones de libertad de expresión. Me voy enfocar en la tercera - ser marxista.

(Aunque Olbermann criticó a los derechistas por pensar que "comunistas, fascistas y socialistas son la misma cosa" la realidad es que muchos liberales piensan igual).

Al defender a Jones por haber sido "marxista" en su juventud es defenderlo por no serlo ahora. En otras palabras, los defensores liberales de Jones dejan entender que si fuera marxista, socialista, o comunista hoy en día esto sería suficiente razón para atacarlo y expulsarlo de su empleo gubernamental.

Claro está que en la política se critica como parte de una lucha política y eso es aceptable. No es de esto de lo que hablo, sino de que los socialistas se pongan en una categoría totalmente diferente a la del resto de la población. Es verdad que hacen lo mismo con los fascistas, pero vamos hablar claro: los fascistas históricamente han implementado una política racial que le niega los derechos más mínimos a gente por su raza, nacionalidad, religión o color. Negarle el derecho a otro no es un derecho político democrático.

Esta misma forma de "defensa a la democracia" se hacía y continua haciendo cuando se habla del macartismo del siglo pasado.

El senador Joseph McCarthy por varios años McCarthy y los otros que usaron la misma política anticomunista empezaron a investigar actividades de comunistas en las artes, los sindicatos, y oficinas gubernamentales. Los macartistas extendieron sus investigaciones a cualquiera que estuviera envuelto en organizaciones y coaliciones que luchaban por la paz, la clase obrera, las mujeres, y los afroestadounidenses y otras minorías que sufrían bajo la carga del racismo. En otras palabras, cualquiera que luchara por la democracia y el progreso social.

Defender a gente con la idea que acusaron falsamente de comunistas a los que no eran no es una defensa de la democracia. Desafortunadamente, se hace por qué es más fácil ser oportunista y no defender los que tienen ideas avanzadas que todavía no son las de la mayoría para estar bien con las clases dominantes. Esto se encuentra hasta dentro de la izquierda donde algunos que han vivido toda su vida dentro de los movimientos marxistas rechazan ese nombre por las mismas razones malas.

Recordemos las palabras del ministro luterano en Alemania, Martín Niemoller:

"Primero vinieron por los comunistas y no dije nada, pues no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialistas guardé silencio porque no era socialista. Cuando vinieron por los sindicalistas no protesté - no era sindicalista. Cuando se llevaron a los judíos, no protesté pues no era judío. Cuando vinieron por mi, no había que pudiera protestar".

Esas palabras fueron de un conservador.