WEST PLAINS, Misuri — Janet Redford, una mujer pelirroja de edad mediana, está sentada con lágrimas en sus ojos. Después de 37 años trabajando como una enfermera, ahora está incapacitada. Su artritis, inflamaciones, espolones óseos, y otros dolores de espalda, le dijo ella a Nuestro Mundo, lo hizo imposible para seguir trabajando. Simplemente, tenía demasiado dolor.
Aunque Redford recibió $5.000 por ingreso perdido por lesionarse en el trabajo, a la misma vez la sacaron de su plan privado de seguro médico pagado por la compañía. Porque no puede trabajar, comprar cobertura médica no es asequible para ella. COBRA, la ley le permite que los trabajadores despedidos puedan seguir con la cobertura que tenían tampoco le ayuda. Ella no puede con el costo que es de casi $400 mensuales.
Por año y medio ella ha tenido que pagar todos los gastos médicos de su propio bolsillo – principalmente para medicamentos por el dolor.
“No me queda nada”, ella dijo, “solo mi casa y el terreno en el cual está situada, que yo esperaba dejársela a mis cuatro hijos”. Hasta febrero del 2010, Redford no cualifica para Medicare.
“Bueno, tendré que sufrir hasta entonces”, agregó.
Desafortunadamente, la situación de Redford no es única. Por todo el país, millones de gente están sacrificando todo para un sistema de salud que no trabaja.
De acuerdo a Redford, el sector de salud privado “solo piensa en sus ganancias – yo simplemente soy una estadística”.
“Yo he trabajado toda mi vida. Pague al sistema por 37 años”, continuó Redford. “Yo hice todo lo que estaba supuesto hacer. Trabajé fuerte, ahorre dinero, ¿y para que”?
“Ahora mi única preocupación”, dice Redford mientras tiembla y se le aguan los ojos, “es que no quiero ser una carga para mis hijos”.
Tom Arth, el compañero de Janet, tampoco tiene seguro médico. “Es un riesgo”, él dice, “Ojala yo no me enferme”. Arth, como muchos otros en esta comunidad rural está encontrándolo difícil de conseguir empleo. No hay mucho trabajo en West Plain, especialmente con esta economía”, dijo.
West Plains está localizado en el condado Howell en el suroeste de Misuri. Forma parte de Octavo Distrito del Congreso, uno de los distritos más pobre de todo el estado. La realidad es que existen más sitios que dan préstamos pagable el día de cobro que los restaurantes McDonalds. La mayoría de los empleos se encuentra en el sector de servicios, comida rápida y no sindicalizados – tradicionalmente sitios que pagan bajo y con pocos beneficios.
De acuerdo a los datos del Buró del Censo para el 2007, más de 20 por ciento de la población del condado Howell están por debajo del nivel de la pobreza. Sin duda, el número ha aumentado debido al empeoramiento de la crisis económica actual.
Redford, su compañero y un grupito de activistas – la mayoría que también tienen problema con seguro médico – están trabajando con la organización Health Care for America Now! (HCAN), una coalición de grupos comunitarios, sindicatos, negocios pequeños, médicos y proveedores de servicios médicos tratando de ganar reforma este año.
Ashli Bolden, una organizadora de HCAN basada en St Louis, le dijo a Nuestro Mundo, “Ahora el sector privado con fines de lucro tiene un monopolio en el sistema de salud. Sin competición del gobierno federal, sin una opción pública nada cambiará”.
HCAN está organizando reunions por todo Misuri, reunions con los congresistas y movilizando a los constituyentes, como Janet Redford y su esposo para que hablen de lo que le está pasando. Ellos están tratando de movilizar apoyo para la reforma de salud de la administración de Obama.
Bolden continuo, “Si una opción pública es Buena para el Congreso, entonces es lo suficiente de bueno para todo el mundo. Ahoraría dinero, proveería mejor servicios y quitaría la práctica deshumanizante de negarle servicio a gente con condiciones previas”.
El campo necesita reforma de salud