"Hoy declaramos un estado de insurrección pacífica del pueblo de Puerto Rico", dijo el reverendo Juan Vera, obispo metodista de Puerto Rico, desde la tarima después de la marcha contra la política económica del gobernador Luis Fortuño, a más de 100.000 en San Juan, Puerto Rico el 15 de octubre, Día del Paro Nacional.
Vera, el orador principal y coordinador de la coalición Todo Puerto Rico con Puerto Rico, dijo que se tenía que "comenzar una nueva página en la historia de Puerto Rico". "Pasamos hoy de la protesta a la resistencia y de la resistencia a la desobediencia civil como lo hicimos para rescatar al querido pueblo de Vieques", continuó el dirigente religioso, agregando que Puerto Rico tiene que cambiar para ser "una nueva sociedad de solidaridad".
Fortuño y su colectividad política en la legislatura, el anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), de este país colonial promulgaron la Ley 7 (Ley de Emergencia Fiscal) para tratar con la crisis económica que ha afectado al mundo entero. Con la ley el gobierno ya ha anunciado el despido de 17 mil más trabajadores del servicio público. Durante la primavera, el gobierno despidió casi 8.000 empleados y dijo que tendría que despedir a un total de 30 mil.
Con estos despidos, la tasa de desempleo sube a sobre 17 por ciento. Usualmente, la tasa de cesantes en Puerto Rico está a más de 10 por ciento hasta cuando no hay "crisis económica".
Otros aspecto de los programas neoliberales del gobierno es el de las Alianzas Publicas Privadas que buscan privatizar los servicios públicos. Un comentarista dijo al principio del año que si una compañía pierde dinero se le garantizará los beneficios con fondos públicos - "las ganancias son de las compañías privadas y las pérdidas del pueblo de Puerto Rico".
La gente salió de siete puntos en el área de San Juan para marchar hasta el centro comercial Plaza Las Américas en Hato Rey. El centro comercial fue escogido por ser un símbolo de las corporaciones y su cultura de consumismo. Cientos de gente, por lo menos, empezaron a reunirse en los puntos de concentración hasta antes de amanecer.
Los dueños de Plaza Las Américas anunciaron el día anterior que iban a cerrar el centro comercial el 15 de octubre. Sindicalistas y otras organizaciones habían decidido cerrar Plaza Las Américas con piquetes masivas.
La marcha y el paro fueron organizados por Todo Puerto Rico con Puerto Rico, una coalición compuesta de sindicatos, organizaciones religiosas, cívicas, comunitarias y políticas. La gente envueltas en la marcha y huelga general eran de todos los partidos políticos de Puerto Rico, incluso del mismo PNP del gobernador y gente que habían trabajado para elegirlo.
Roberto Pagán, presidente del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores, dijo "hoy es el fin de Luis Fortuño". Analistas políticos están diciendo que los despidos y el paro van a perjudicar al PNP en las próximas elecciones. Fortuño ganó las elecciones el año pasado.
Aunque los organizadores de la marcha dijeron que el número de participantes fue "sobre 100 mil", el dirigente sindical Federico Torres estimó el número a 200.000.
No obstante, oficiales del gobierno trataron de menospreciar la actividad. Kenneth McClintock, secretario de Estado para Fortuño, dijo en un programa noticioso de televisión que no más de 15.000 estuvieron en la marcha. Los reporteros se quedaron visiblemente sorprendidos.
Cuando le preguntaron sobre los reportes de periodistas que estimaban mucho más de 15 mil, McClintock dijo que cualquiera que piense eso que tendría que estar endrogado.
Programas de noticias televisadas mostraron los estacionamientos gubernamentales casi vacíos, igualmente los comedores en los edificios de agencias de gobierno. En los que aparentemente estaban trabajando gente eran en los que ofrecían servicios directos al pueblo. Sin embargo, los clientes no aparecieron.
Decir que nada pasaba no fue la única táctica que usaron oficiales de la administración Fortuño. La semana anterior, el secretario de Gobernación, Marcos Rodríguez Ema, dijo "Este gobierno no va a tolerar actos de terrorismo" cuando un dirigente sindical dijo que se iba paralizar el transporte durante el Paro Nacional.
La gente no se ahuyentó y así fue. Según reportes noticiosos de todo el país, por la mañana se había paralizado transporte de carga. Hasta las lanchas de cargas para sitios como Vieques se reportaron inmóviles. Cámaras de televisión mostraban camiones estacionados al lado de las carreteras y en el centro de la ciudad.
El símbolo más prominente durante la marcha fue la bandera puertorriqueña que se veía entre las pancartas y letreros de sindicatos, iglesias y otras organizaciones.
Los alcaldes de 30 de los 78 municipios del país organizaron casi 200 autobuses para llevar gente a la marcha de sus respectivos pueblos.
Entre los sindicatos más prominente y con contingentes grandes estaba la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego, y la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), el sindicato más grande del país.
Víctor Rodríguez, integrante de la FMPR, dijo que la marcha era una "ola de indignación contra el intento de privatización".
Otra joven, en una entrevista en la calle por Radio WKAQ, que había trabajado en servicios a "comunidades especiales" dijo que el pueblo estaba tratando de "Detener el abuso que tiene con el país este gobierno actual".
Delegaciones de dirigentes sindicales de Estados Unidos estuvieron ahí para brindar su solidaridad, dijo José La Luz, un dirigente de la Federación de Empleados de Estados, Condados y Municipios. Otro líder sindical de EEUU, Dennis Rivera dijo que su sindicato, Empleados de Servicios, estaba apelando a los trabajadores estadounidense a que "expresen su solidaridad con los trabajadores puertorriqueños".
Mientras tanto, un contingente de estudiantes de derecho y planificación de la Universidad de Puerto Rico, tomó la carretera entre San Juan y Caguas, al sur, previniendo todo tráfico. En otros lugares de la zona metropolitana, la policía reportó que las calles estaban bloqueadas con los manifestantes y no había tráfico. Periodistas reportaron que varia gente dejaron sus autos para formar parte de la protesta.
El sector religioso no se quedó atrás. A través de la marcha se podía ver letreros y cartulinas con nombres de las iglesias luterana, presbiteriana, metodistas y católicos que declaraban su compromiso con la justicia social. Uno de los grupos religiosos más grande fue el 2.000 de la Diócesis de Caguas, encabezado por su obispo Rubén González, que marchaban detrás un letrero que decía "La solidaridad es la caridad de hoy".
Foto: Prensa Asociada