Victorias populares en primarias Arizona

TUCSON – Los esfuerzos incansables de cientos de voluntarios le dio un golpe al establecimiento corporativo de tratar de dominar el poder político en el sur de Arizona en las primarias del 10 de septiembre.

Encabezando esta lucha estaba Raúl Grijalva, un progresista de Tucson, que le ganó a siete otros candidatos para ganar la nominación demócrata por el séptimo distrito para el Congreso de Estados Unidos, uno de los dos nuevos distritos que ahora tiene Arizona. Enfrentándose a una oposición débil, en un distrito donde hay tres demócratas por cada republicano, se espera que Grijalva sea el segundo méjicoamericano en la historia electo al Congreso por Arizona, y el primero de la parte sur del estado.

La campaña de Grijalva es un ejemplo de como se hace una campaña del pueblo. Empezó con su nombre, “Mucha gente por Grijalva” y cumplió con ese propósito. Cientos, quizás miles de gente salieron los siete días de la semana, y hasta dos veces los sábados para hacer campaña.

Empezando al principio del verano, cuando la temperatura típicamente sube a más de 100 grados, los voluntarios tocaron en la puerta de cada votante. Ellos inscribieron gente a votar. Ayudaron a gente que iban a votar por correo, y aun más importante, hablaron con la gente sobre la importancia de votar por un candidato que luchará por el interés del pueblo trabajador, como él lo ha hecho por muchos años como supervisor del Condado de Pima y como miembro de la Junta Escolar de Tucson.

Los voluntarios de la campaña visitaron a votantes dos y hasta tres veces. Carros llenos de voluntarios visitaron a las comunidades rurales y muchos más trabajaron como voluntarios por miles de horas en la oficina de campaña, haciendo llamadas y preparando material para enviar a través del coreo. Los voluntarios eran una reflexión de la diversidad racial y nacional del distrito donde más de la mitad es de origen mejicano, incluye a tres naciones indígenas, e incorpora a la mayoría de los votantes afronorteamericanos. Activistas del movimiento sindical y del ambiental jugaron papeles importantes y visible en la campaña.

El establecimiento, las grandes empresas, trataron de desviar la campaña a través del financiamiento de la senadora estatal, Elaine Richardson, y animando a varios candidatos latinos con apoyo popular que entren en la contienda para dividir el voto chicano. Aunque Richardson gastó tres veces más dinero que Grijalva, él le ganó con un buen margen, ganando más de la mitad del condado Pima, incluyendo en el vecindario anglo de West University, donde vive Richardson.

Dos días después, Grijalva estaba en la junta del Consejo Central del Trabajo del Sur de Arizona. Él le dio las gracias a los sindicatos por “poner la etiqueta de la Unión en mi” y prometió ser “una extensión de la voz laboral en el Congreso estadounidense.”

Compartiendo la victoria y el local de campaña con Grijalva estaba Richard Elias, que se postuló por el puesto de supervisor del Condado de Pima, por el escaño que era de Grijalva. Los grandes contratistas de bienes y otros intereses empresarios querían ganar el control total de la Junta del Condado, que tiene cinco escaños, dos de ellos controlado por los republicanos. Como un republicano no podía ganar en este distrito progresista, ellos encontraron a un candidato demócrata para apoyar. Pero gracias a mucha gente, Elias pudo ganar con un voto abrumador y se enfrenta a una oposición mínima en noviembre.

En el Distrito 1 por el Congreso, el otro nuevo distrito, el comerciante méjicoamericano, George Cordova, ganó la nominación demócrata con el apoyo fuerte de los sindicatos. Este distrito incluye la mayoría de la nación Návajo, la reservación indígena más grande de Estado Unidos. Otro chicano con apoyo laboral, el maestro Randy Camacho, ganó la nominación para el segundo distrito. En este, el congresista republicano de derecha, Bob Stump, se está retirando.

La batalla electoral principal de Arizona en noviembre será para la gobernación del estado entre el republicano ultraderechista Matt Salmon, un ex congresista, y Janet Napolitano, una demócrata conservadora y actual secretaria de Justicia. Esta contienda es importante porque la derecha republicana controla una de las cámaras de la legislatura y amenaza con capturar el Senado, que ahora está parejo entre los dos partidos principales.

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