Ella empezó trabajar como niñera cuando la niña tenía 18 meses. Por los próximos siete años ella crió y guió la niña pasos de la niñez - creciendo y usando nueva ropa, aprendiendo usar el inodoro, aprendiendo andar, conociendo nuevas amiguitos, la pre-escolar, primer grado y más.
Los inmigrantes haitianos no tienen una amplia variedad de trabajo para escoger cuando llegan a Nueva York - por eso es que Patrcia Francois empezó a trabajar cuidando la niña de un matrimonio millonario. Tampoco planeaba ella querer la hija de otros como si fuera la suya. Eso, y las limitadas opciones de trabajo, dijo ella, fueron las razones por la cual soportaba las palizas que el señor de la casa le daba y la falta de apoyo de la señora.
Francois es una de las 200 mil niñeras y otras trabajadoras domésticas que trabajan jornadas largas con poco pago para familias ricas en el área de la Ciudad de Nueva York.
Un día, cuando la niña tenía ocho años y el padre de la niña le estaba pegando, Francois suplicó que dejara de pegarle. Con miedo e ira ella amenazó con denunciarlo a la policía. "El se atrevió a preguntarme, ¿y tienes dinero para un abogado? cuando sabiendo que no ganaba suficiente", dijo Francois.
Ella llamó a la policía, pero cuando llegaron no lo acusó. "Yo he estado con esta niñita toda su vida", explicó. "Yo podía dejarla ver que se llevaran a su papi esposado".
Al fin, Francois y miles de otras trabajadoras domésticas en situaciones parecidas consiguieron ayuda con Trabajadoras Domésticas Unidas, grupo de activistas formado hace nueve años. Esta es una de las organizaciones no tradicionales que se están formando a través de Estados Unidos. La organización la ayudó entrar en un programa vocacional para mejorar sus habilidades y está demandando de parte de ella.
Trabajadoras Domésticas Unidas luchan por que se les pague salarios que se les deben. El grupo ha ganado $450.000 para las domésticas. Con la ayuda de la AFL-CIO, el grupo está por ganar una Carta de Derechos para Trabajadoras Domésticas en el estado de Nueva York.
Recientemente, integrantes del grupo que tiene 2.300 miembros, dieron testimonio en una audiencia pública del departamento del Trabajo que está bajo la secretaria Hilda Solís. Solís es hija de una trabajadora doméstica.
Dijo Bertha Dumuville, niñera por cinco años, "Yo no he tenido malas experiencias, pero conozco de otras compañeras que sí tuvieron y tenían miedo de perder su trabajo o ser deportada. Una familia, además de todo lo otro que tenía que hacer, le pidieron que lavara el carro. Cuando no lo hizo, la despidieron".
Delores Wright, una jamaiquina que ha trabajado por 21 años como niñera, dijo, "Yo no tengo miedo de alzar mi voz por mis colegas. Algunas ni pueden comer en la casa donde trabaja aunque estén ahí todo el día. Otras trabajan largas horas sin pago extra. Y otras no pueden coger tiempo libre para ir al médico".
Algunos de los oficiales del departamento del Trabajo aparentemente se sorprendieron con lo que oyeron. Ellos tomaron notas y prometieron comunicarse con los testigos después.
Trabajadoras Domésticas Unidas quiere que el departamento promulgue regulaciones laborales para proteger a las trabajadoras en áreas como tiempo para comer, arreglos para dormir y documentación de horas trabajadas.
"Como muchas otras, trabajo aislada y las condiciones de empleo son deplorables", dijo Lois Newland de Jamaica. "El día es largo y el pago sale a 50 centavos la hora - muy por debajo del salario mínimo. Las que viven con las familias duermen en el piso o en el garaje y no tiene alimentos adecuados. Muchas de las que cuidan a ancianos o niños duermen en el mismo cuarto con la gente que cuidan 24 horas al día, siete días a la semana".
Los oficiales del departamento del Trabajo admitieron que antes de este testimonio, no tenían mucha idea de las condiciones que estas trabajadoras enfrentaban.
Ai-Yen Poo, fundadora y organizadora del grupo, que es hija de inmigrantes chinos, dice que su organización cabildea. Por esto estamos más cerca de conseguir la nueva ley en Nueva York.
Si se promulga la ley, las trabajadoras domésticas serán cubiertas por la ley de pago extra por tiempo extra, garantía de por lo menos un día libre a la semana, y bajo beneficios por enfermedad o incapacidad. También las cubre las leyes contra discriminación y de derechos humanos.
Actualmente, dice Poo, dos millones de trabajadoras domésticas son protegidas por las leyes laborales federales. "Si promulgamos este proyecto en Nueva York, servirá como modelo para el resto del país".
Con la ayuda de la AFL-CIO, Trabajadoras Domésticas Unidas se ha unido una coalición de 18 grupos luchando por este sector laboral.
Foto: nyc.indymedia.org/or/2009/09/107252.html