Como siempre usamos este espacio en la primera edición del año para mirar adelante a las tareas de los movimientos populares y laborales.
Después de casi ocho años de tener un gobierno derechista el pueblo de Estados Unidos votó por un candidato cuya campaña los mostraba contrario a la de Bush y el candidato republicano John McCain.
El pueblo rompió otra barrera al elegir a Barack Obama, el primer presidente afroestadounidense. Esto fue un golpe en contra del racismo, igual como un golpe en contra de los sectores más reaccionarios de la clase dominante.
No obstante, las organizaciones populares y laborales no se van a quedar con los brazos cruzados. Como dijo la AFL-CIO, federación sindical más grande del país, se va a luchar por las reclamaciones laborales con el mismo nivel de movilización que usaron para elegir a Obama. Igualmente los otros movimientos – por los inmigrantes, por las mujeres, y por la paz, entre otros – van hacer lo mismo.
La lección de las elecciones de hace dos años, cuando se eligió una mayoría del Partido Demócrata en el Congreso es que la lucha populares deben seguir y no dejarnos que los políticos digan que van hacer y no hacen. Claro está que aunque tuvieron mayoría los demócratas, el partido de gobierno pudo bloquear legislación necesaria.
También tenemos que luchar para que no haiga intervención en los países de América Latina que están desarrollando un programa para librarse del imperialismo y poner estos países en la vía hacia ese mundo mejor – el socialismo. Cada año se suman otros para hacer de Latinoamérica un bloque de gobiernos progresistas.
Igualmente tenemos que luchar por una nueva relación entre Estados Unidos y Cuba, que ya celebra 50 años de liberarse del yugo imperialista impuesto por las clases dominante estadounidenses.
Esta última es de suma importancia. El ejemplo de Cuba a los pueblos latinoamericanos es que sí, uno puede elegir gobiernos populares y mantenerse en el poder. Sí, se puede eliminar el analfabetismo. Sí, se puede crear una sociedad en la cual todos tengan acceso a médicos para la salud. Y sí, podemos empezar a usar los recursos naturales para el beneficio de nuestros pueblos y no de las corporaciones del imperio.
Pero otra vez, subrayamos, tenemos que seguir luchando.
Analisis > Editorial: Sigue la lucha, pero en un campo diferente