El establecimiento político de Arizona se sorprendió cuando más de 30.000 de los que apoyan a los derechos de los inmigrantes desfilaron por las calles de Phoenix el 24 de marzo. Los medios hicieron nota que esta fue la más grande manifestación en la historia del estado.
Cuando se le pidió su comentario, el senador derechista John Kyl, el blanco principal de la protesta, solo fue capaz de murmurar algo sobre la reforma integral migratoria. Los seis congresistas derechista republicanos de Arizona dejaron desvariar contra los inmigrantes por lo menos por un día o dos.
Así que imagínese la sorpresa y el terror que experimentaron estos derechistas cuando el 10 de abril hasta 200.000 manifestantes marcharon al capitolio del estado demandando justicia para los inmigrantes y gritando, “Hoy marchamos, mañana votamos”. Los líderes ultraderechistas en la legislatura terminaron su reunión y huyeron a sus casas de los suburbios, diciendo que los manifestantes eran una amenaza a su seguridad.
Los trabajadores del estado de un edificio cercano no se sintieron amenazados. Muchos salieron y estaban entre la multitud que protestaban. Muchos otros habían tomado el día libre para tomar parte en la marcha.
La derecha se asusta porque este es un año de elecciones y ellos se sienten vulnerables. El senador Kyl está postulándose para las elecciones de este noviembre. Como uno de los miembros del Congreso más derechista y proponente de las corporaciones, él tiene un récord solido de votar contra la gente trabajadora – sus sindicatos, sus derechos humanos y civiles, y su medio ambiente.
Kyl ha sido un partidario fuerte de la guerra en Irak y es uno de los que auspicia una de las peores propuestas contra inmigrantes en el Senado. Contrario al otro senador derechista, Kyl no es tan llamativo y no da la impresión que rompe con la administración Bush.
Mientras que la popularidad y el apoyo para la guerra cae, Kyl se vuelve más vulnerable. La AFL-CIO ha escogido a Kyl como uno de los que de los que buscan derrotar en la elecciones del 2006, según lo han hecho algunos grupos ambientales y de derechos humanos.
Su contrincante demócrata principal Jim Pederson puede derrotar a Kyl si él conectara tiempo tras tiempo el apoyo que Kyl le presta a la agenda de Bush contra el pueblo. Hasta ahora Pederson, millonario en inmobilaria, no se ha manifestado en estos temas.
El otro puesto que los demócratas quieren tomar es el de representante al Congreso por el distrito 8, que abandona el representante Jim Kolbe después de 22 años. El distrito tiene una pequeña ventaja de republicanos inscritos pero también tiene un gran número de independientes.
El veterano de la Guerra del Golfo Jeff Latas lanzó su candidatura por el puesto al distrito 8 temprano cuando Kolbe anunció su retiro. Se unieron a Latas en la contienda por la nominación demócrata la senadora estatal Gabrielle Giffords, la presentadora de noticias local de televisión Patty Weiss y el miembro de la junta escolar Alex Rodríguez.
El congresista Raúl Grijalva, que representa el adyacente distrito 7, se ha unido al establecimiento político demócrata en apoyo a Giffords. Sin embargo, Giffords evita hablar los temas y su confundida posición sobre la guerra impopular en Irak podrían causarle problemas. Al contrario, ambos Weiss y Latas han llamado por el retiro de EEUU de Irak. Latas, especialmente, ha tomado un posición fuerte contra la guerra y seguramente tiene el apoyo de muchos progresistas.
La primaria de septiembre incluirán a varios candidatos republicanos, que incluye a Randy Graf en primer lugar, que se postula bajo un plataforma xenófoba y contra los inmigrante.
Grijalva, uno de los miembros más progresistas del Congreso, probablemente se enfrentara a una oposición menor en su campaña por la reelección. Se espera que haga una campaña fuerte, sin embargo, para movilizar un ejército de voluntarios para sacar el voto para otros candidatos como la gobernadora. Janet Napolitano y por Pederson. Se achaca a la victoria en el 2002 de Napolitano a la movilización de más de 650 voluntarios por Grijalva, que proveyeron el margen de triunfo para la gobernadora.
El movimiento sindical de Arizona también se movilizará para derrotar a Kyl y reelegir a Napolitano. Los sindicatos también apoyan una iniciativa para crear un salario mínimo para el estado. Arizona no tiene salario mínimo.
La estrategia republicana es dividir a los votantes de la clase trabajadora enfatizando en sus temores y perjuicios. La legislatura de Arizona ha sacado, en acuerdo, ha sacado una propuesta inmigratoria tras otra, algunas cuales pondrán en la papeleta. Mientras tanto la derecha cristiana ha estado preparando un referéndum contra el matrimonio homosexual para la papeleta de 2006.
Ahora esta estrategia de la clase dominante parece agrietarse. La campaña contra el matrimonio homosexual que sin suficiente firmas. Y el atropello contra los inmigrantes se asfixia bajo el sonido de los pies de los que marchan.
Se calienta la política en Arizona